Natalia Rom, Pablo Lafuente, Inés Palleiro, Cristina Ibañez, Juan Carlos Pinguicha y Rebeca Muñoz.
Con el año a punto de terminar, es posible que muchos sanitarios se estén planteando
qué aspectos quieren cambiar de su vida. Y es que 2024 ha estado marcado por un sinfín de
historias personales que han mostrado cómo la constancia, el esfuerzo y la determinación pueden
marcar un antes y un después en tu trayectoria profesional.
Un ejemplo de ello ha sido
Natalia Rom, una médica que decidió
repetir el MIR para cambiar de especialidad después de llevar varios meses en la residencia. Aunque desde niña sabía que quería dedicarse a la Cirugía Cardiovascular, tras comenzar el MIR, se dio cuenta de que algo no iba bien y no era feliz. “No estaba viviendo”, explicó a
Redacción Médica tras confesar que le costó muchísimo tomar la decisión.
Y es que, aunque parezca sencillo, para que
un médico abandone la Medicina algo importante tiene que ocurrir. Sobre todo, si está solo a un año de completar su especialización. Es la tesitura a la que se enfrentó
un MIR que no "aguantaba" las guardias de 24 horas ni las condiciones laborales y decidió dejar la residencia en su tercer año.
Entrar a Medicina repitiendo la EBAU
Durante este año, también hemos conocido las historias de superación que han protagonizado una serie de estudiantes cuyo objetivo era, sí o sí, entrar a Medicina. Una de ellas ha sido la de
Pablo Lafuente, un estudiante de cuarto curso que siempre tuvo en mente “querer ayudar a la gente”. Como no se veía estudiando una carrera de seis años para trabajar en lo que a él le gustaba, fijó su objetivo en
entrar a Enfermería. Sin embargo,
no consiguió la nota suficiente tras su primera EBAU.
No obstante, tras este ‘batacazo’, no se derrumbó y decidió cursar una FP de Anatomía Patológica para acceder desde ahí a la carrera. A ese punto, Pablo cambió su parecer y decidió que realmente el quería
estudiar Medicina pero no consiguió la nota suficiente tras realizar de nuevo la prueba de Selectividad. Así, este estudiante tuvo que
hacer Enfermería, la FP y cuatro EBAU para conseguir finalmente su objetivo.
Una historia parecida es la protagonizada por
Inés Palleiro, aunque ella siempre tuvo claro que quería hacer esta carrera, cuando se enfrentó a su primera prueba no consiguió la nota de corte suficiente. Por ello, se embarcó en un ciclo formativo pero tuvo que hacer un segundo, y prepararse de nuevo para enfrentarse a una tercera EBAU en la que consiguió una nota "casi perfecta". Y ante ello, confiesa: "
Mi primera reacción fue llorar de la alegría, no me creía que después de todo el esfuerzo al fin lo hubiese logrado", señaló a este medio.
¿Cuántas EBAU son demasiadas? No hay duda de que la perseverancia de
Cristina Ibáñez por conseguir su objetivo de convertirse en médica es digna de contar. Tuvo que superar grandes adversidades y, tras
presentarse 11 veces a la EBAU, por fin, pudo decir que lo había conseguido. “Recuerdo un examen en el que me quedé bloqueada por la situación de angustia que me producía, y se acercó el profesor para decirme que dejase los estudios, que no iba a llegar a nada y que no valía para esto”, confesó. Sin embargo, ahora estudiante de tercero en la Universidad Autónoma de Madrid.
Hacer Medicina en cuatro años
Si conseguir entrar y superar el Grado es complicado, imagina
terminar Medicina en cuatro años. Es lo que consiguió
Juan Carlos Pinguicha, un enfermero que confesaba que no había sido fácil ya que para conseguirlo, tuvo que
sacrificar prácticamente toda su vida social para llegar a la meta. "Han sido años de muchísima esclavitud. Pero, a pesar de que me he quitado de muchas cosas he aprobado todo, y me ha compensado, porque lo he hecho relativamente pronto", señalaba.
Aprobar Medicina sin asistir a clase
Otro perfil que no ha pasado desapercibido ha sido el de
Rebeca Muñoz, una médica que decidió tarde que quería dedicarse a esta profesión. Doce años después de que encaminase su futuro laboral, Muñoz ha terminado su residencia en Cardiología con una historia un tanto atípica a las espaldas:
consiguió sacarse la carrera de Medicina sin apenas asistir a las clases presenciales. Y más impactante aún, con una media de sobresaliente.
“Los primeros cursos son un poco farragosos, te enfrentas a las asignaturas básicas y yo me cuestionaba en dónde me había metido. Tenía la sensación de estar perdiendo el tiempo”, afirmó a este medio Esta impresión que sentía Muñoz era fruto de ver a sus profesores solo leer PowerPoints o apuntes, y se dio cuenta de que le sería más rentable estudiar de forma autodidacta. “Podía relacionar mejor los conceptos 'hincando los codos' por mi cuenta. A nivel argumental también lo estructuraba mejor y lo entendía de forma más clara que si otra persona me contaba la materia”, reconoció durante la entrevista.
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