Los estudiantes de primero de carrera resaltan la actitud de los profesores y el "buen ambiente" entre compañeros

 Alumnos de 1º de medicina de la Universidad Complutense.
Las alumnas de primero de Medicina Elda Martínez y Zaira González.


30 sept. 2023 14:10H
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Zaira González se muestra nerviosa ante el micrófono. Antes de responder a las preguntas de Redacción Médica, coge aire y se recoloca el pelo. Ella es una de los cientos de estudiantes de primero de Medicina que ha estado "luchando" día y noche durante los dos últimos años para conseguir la nota necesaria en la EBAU que le permitiese acceder a la carrera de sus sueños. Una vez dentro, llega el tiempo de asentarse a una disciplina que, más allá del reto que supone, está llena de sorpresas para los alumnos.  

 Foto conjunta de alumnos de primero de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid

Así, entre las primeras impresiones que ha destacado González se encuentra el ambiente “de ilusión” que se respira. “Llevábamos muchos años luchando por entrar a la carrera y por fin lo hemos conseguido”, afirma a la vez que se muestra agradecida con la actitud que han adoptado los profesores. “Antes de entrar al grado nos decían que los docentes solo nos iban a ver como un número, pero eso no es cierto. Hay muchos de ellos que están poniendo de su parte con la intención de conocer al alumnado”, ha explicado.

La forma en la que están organizadas clases y asignaturas es uno de los aspectos que más ha sorprendido a los futuros médicos. Así lo desliza Lucía Peña, quien especifica que ella se esperaba unas primeras semanas “mucho más bruscas”, pero se ha encontrado con un ritmo asequible con tiempo suficiente para ir al día.

Lo que más sorprende a los estudiantes de Medicina


El paso de bachillerato a la universidad supone un cambio más que considerable en la vida de un estudiante. Lo que más ha sorprendido a Pepe Ribera de ese salto es la parte práctica de la carrera. En este sentido, ha reconocido que no se esperaba que le fueran a gustar tanto  "las clases tipo congreso" y  las asignaturas donde es necesario asistir a los laboratorios.

Además, otro de los aspectos que más le ha llamado la atención es el grupo tan amplio de compañeros que se reúne en clase. “Creo que somos cerca de 90 por aula y en Anatomía nos juntamos aún más. Es bastante alucinante aunque, como aspecto negativo, estar tan lejos puede dificultar la vista a la pizarra e impedir escuchar todo lo que explica el profesor”, ha detallado.

Asignaturas difíciles en Medicina


En el caso de Sergio Prieto, lo que le ha dejado más ‘boquiabierto’ han sido las clases de Anatomía y los entresijos del cuerpo humano. “Te tienes que imaginar en tu cabeza cómo funcionan todos los tendones, ligamentos y músculos”, ha resaltado.

Aunque lo normal es sorprenderse al empezar esta etapa educativa, Elda Martínez se ha mostrado como una persona serena que no se asombra con facilidad. Tanto es así, que considera que, hasta “que no vea cadáveres”, no va a tener esa sensación. “Cuando llegue ese momento supongo que será lo que más me impacte”, se ha sincerado.

Las leyendas urbanas sobre los distintos perfiles de estudiantes que ingresan en la universidad. Algunas dicen que todos son cercanos y amigables, y otras que son creídos y bordes. Con una idea preconcebida, Pepe Ribera accedió a Medicina creyendo que su clase iba a estar llena “de frikis”, pero tras las primeras semanas se dio cuenta de que era todo lo contrario. "Son todos muy majos y amigables", ha resaltado.


"Entré en Medicina creyendo que iban a ser todos unos frikis pero tras estas semanas me he dado cuenta de que es todo lo contrario, son todos muy majos y amigables"



Respecto a si la mayoría de estudiantes de Medicina entran a la carrera por vocación, Lucía Peña ha admitido que es una cuestión “muy relativa”. De hecho, ha aseverado que varios de sus compañeros sí han mostrado ese interés por aprender desde el primer día todo lo que puede ofrecer la Medicina, con el objetivo de convertirse en los "mejores médicos".

“Pero también conozco casos donde han accedido a esta rama porque no sabían que hacer y esto tenía salidas, aunque luego se han quedado y les ha encantado. Entonces, creo que la vocación dentro del Grado es algo muy relativo”, ha afirmado.

Familia de médicos y vocación por la Medicina


Ninguno de estos dos casos fue el de María Recio, quien pese a pertenecer a una familia de médicos, estuvo durante los dos años de bachillerato negándose a estudiar algo relacionado con el sector sanitario.

“Me negaba a trabajar en lo mismo que mis padres. Yo lo que quería era dedicarme a las letras. De hecho, les decía: “yo no quiero ser como vosotros”. Pero pasado el tiempo me he dado cuenta de que quiero estar aquí. Me siento enamorada del conocimiento científico y quiero colaborar en ello y con la comunidad”, ha subrayado.
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