Patxi López, portavoz del PSOE en el Congreso.
Uno de los retos que ha ‘heredado’ el actual
Ministerio de Sanidad es el de hallar un modelo de
jubilación flexible y anticipada que sea compatible con las estructuras sanitarias autonómicas. No es tarea fácil, como demuestra el hecho de que las negociaciones con los sindicatos lleven años encalladas. No obstante, el Gobierno asegura que se sigue trabajando en ello a través de
dos líneas de actuación. La primera de ellas radica en el estudio de las
reformas normativas necesarias para permitir a los médicos retirarse antes sin perder pensión. Pero además, el Ejecutivo considera que cualquier movimiento en esta dirección debe ir de la mano de un
refuerzo de las plantillas y del sistema formativo.
Interpelado por los grupos parlamentarios del Congreso, el Gobierno central se ha referido a los
avances sobre la jubilación flexible en Medicina. Se trata de un antiguo anhelo de las organizaciones de facultativos, que denuncian que hay profesionales que, por sus circunstancias laborales,
no están “perfectamente capacitados” para ejercer su oficio cuando llegan a cierta edad.
“Unos deben poder pedir la
jubilación anticipada, pero, del mismo modo, hay otros profesionales que pueden solicitar una prolongación de su edad laboral
hasta los 70 años”, reivindican desde la
Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM).
A este respecto, el Gobierno central ha señalado en un documento escrito que los aspectos “relativos a las
fórmulas flexibles de jubilación”, en particular cuando afecta a la regulación de los
contratos de relevo y la jubilación parcial, son objeto de debate en la
Mesa de Diálogo Social que “continúa en negociación”. Este foro da respuesta a la recomendación 12 del último
Informe de Evaluación y Reforma del Pacto de Toledo.
En anteriores respuestas escritas, el gabinete de
Pedro Sánchez ya expuso que el
Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) adolece de una “falta de desarrollo reglamentario” que hace que actualmente “no sea posible el reconocimiento efectivo” de la jubilación flexible o anticipada en sanidad.
Incidió además en que, aunque el
Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud también reconoce la jubilación parcial en dos de sus artículos, estos precisan de un mayor desarrollo. “No resulta posible el reconocimiento efectivo de esta modalidad de jubilación”, reiteró.
Más unidades docentes y plazas de formación médica
La otra línea de actuación del Gobierno para propiciar el retiro flexible en el
Sistema Nacional de Salud (SNS) pasa por el refuerzo de las plantillas. Desde Moncloa señalan que el objetivo es “posibilitar un aumento de las ofertas anuales de la
Formación Sanitaria Especializada (FSE)”, que actualmente “está limitada por el número de unidades docentes y las posibilidades presupuestarias de las comunidades autónomas”.
Por ello, continúa, Sanidad “ha adquirido el compromiso de revisar con las comunidades” los
criterios de acreditación de las plazas docentes de FSE “respetando siempre la
calidad de la formación de nuestros profesionales”.
Por último, sostiene que se continuará “mejorando la
planificación de los recursos humanos en salud”, por ejemplo, con el impulso del
Registro Estatal de Profesionales Sanitarios (REPS) y nuevos estudios de planificación de especialistas médicos.
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