5 ene. 2015 10:25H
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Ricardo Martínez Platel. Madrid
El baremo de daños específico, que verá la luz antes de que finalice la legislatura, ayudará a determinar cuál debe ser la restitución del daño derivado de un acto sanitario concreto. Se va a convertir en una medida que garantizará la seguridad jurídica y establecerá criterios de igualdad basados en aspectos técnicos y científicos, a partir de unas escalas pensadas para cada patología, que recogerán una puntuación en función de la gravedad y las secuelas.
Uno de los objetivos de esta iniciativa es que se produzca un descenso de la litigiosidad, porque aunque seguirá habiendo reclamaciones, las partes podrán llegar a acuerdos extrajudiciales, por lo que los sistemas de mediación y de arbitraje pueden funcionar y evitarse las complicaciones de los juzgados. La mediación se ha incentivado en los últimos tiempos y es más fácil que tenga éxito si existen para ambas partes unos elementos que permitan cuantificar.
Ante una situación en la que el resultado es no deseable y existe una condena a un profesional, se plantea la cuestión de que la persona que reclama por un suceso que no tenía la obligación de haber soportado se pregunta cuánto reclama. Los expertos apuntan a que es un paso importante porque delimita y limita la indemnización. Si se sabe la cantidad que se puede reclamar y a la que uno puede ser reclamado, el acuerdo llega antes, puesto que la discusión va a estar dentro de un abanico más acotado.
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