José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social.
El Gobierno ha abierto la puerta a la posibilidad de que los profesionales del Sistema Nacional de Salud (SNS) puedan adquirir la condición de
incapacidad absoluta a consecuencia del
covid persistente. La Seguridad Social ha reconocido ya los primeros casos en Guipúzcoa, lo que supone un punto de inflexión en la batalla personal de estos trabajadores que asisten al final de la inhabilitación temporal que se les concedió por síntomas del virus que aún arrastran.
Según avanza este viernes
El Diario Vasco, la Seguridad Social ha concedido en Guipúzcoa la incapacidad absoluta al menos a un trabajador y la total a otros tres. Se trata de profesionales que contrajeron el coronavirus y que, meses después, se ven abocados a regresar a sus puestos de trabajo pese a que siguen padeciendo síntomas ‘incapacitantes’, como
cansancio extremo o depresión.
Organizaciones de naturaleza sanitaria como el Consejo General de Enfermería (CGE) apuntan a que el número de profesionales de la salud afectados por el ‘long covid’
rondaba los 10.000 en la cúspide de la tercera ola de la pandemia. Otro estudio de Comisiones Obreras indica que siete de cada diez sanitarios con coronavirus persistente
no tienen reconocidas secuelas en su baja médica, y que aproximadamente uno de cada cuatro estuvo
más de un año incapacitado.
Esta misma semana, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) cifró en cerca de 17 millones de personas los afectados por el covid persistente durante los dos primeros años de pandemia, y advirtió de que la situación podría empeorar a medio plazo.
Síntomas del covid persistente
Según el
Instituto de Salud Carlos III, los síntomas más frecuentes del covid persistente son los siguientes:
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Neurocognitivos: pérdida de memoria, dificultad de concentración y confusión).
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Musculoesqueléticos: dolor articular o muscular y limitación en la movilidad).
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Sistémicos: fatiga, debilidad, fiebre y malestar general).
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Neurológicos/neuromusculares: olfato y gusto distorsionados, cefalea y falta de reflejos).
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Psicológicos/psiquiátricos: ansiedad, depresión y alteraciones del sueño).
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Respiratorios/cardiopulmonares: tos, dolor de garganta, disnea y presión en el pecho).
Entre el colectivo sanitario, los principales síntomas que se han detectado han sido
fatiga (74 por ciento);
dolor articular (62),
niebla mental (61),
problemas de memoria (58) y dificultad para
respirar (38). El 58 por ciento percibe limitaciones o secuelas como incapacidad para realizar sus labores habituales, dificultades respiratorias, astenia, graves dificultades de concentración, alteraciones en la deambulación y anosmia y ageusia.
En total, el instituto ha detectado más de
200 síntomas que tienen una afectación multiorgánica.
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