La
parotiditis es una
enfermedad contagiosa producida por un virus cuya característica principal es la inflamación de una o de las dos glándulas parótidas, unas glándulas situadas en la zona de la mandíbula encargadas de la producción de saliva. La parotiditis también puede afectar a las otras glándulas salivales, a las meninges, al páncreas y a los órganos reproductores.
¿Cómo se contagia la parotiditis?
La parotiditis es una enfermedad muy contagiosa. Se transmite a través de la saliva por proximidad, al toser o al estornudar, y por contacto directo con objetos contaminados.
Se puede contagiar a otras personas cuando todavía no han aparecido los síntomas por lo que es difícil de prevenir. Una vez que la enfermedad ha aparecido, para evitar contagiar a otras personas es recomendable que:
-
El enfermo permanezca aislado en casa durante los 5 días posteriores al comienzo de los síntomas.
-
Se proceda a un lavado frecuente de manos por parte del paciente y de las personas en contacto con él.
La parotiditis otorga inmunidad o resistencia a la infección para toda la vida con lo que la infección, una vez pasada, no puede volver a aparecer.
¿Cuándo se presenta la enfermedad?
La parotiditis suele afectar a niños en edad escolar aunque también a adultos. Los niños menores de un año no suelen contraer la enfermedad debido a que todavía les protegen los anticuerpos (defensas) de la madre. La infección en adultos es, generalmente, mucho más grave que en niños. La parotiditis es más frecuente al final del invierno y principios de la primavera aunque pueden aparecer brotes esporádicos en cualquier época del año.
¿Qué síntomas produce la parotiditis?
El tiempo que transcurre desde el contagio de la parotiditis hasta el comienzo de los síntomas (período de incubación) es de unos 14-18 días, con límites de 7 a 23 días. El período de máximo contagio es unos tres días antes del comienzo de la sintomatología. La enfermedad suele iniciarse con la aparición de febrícula (fiebre leve, menor de 38 ºC) y malestar general que, después de 48 horas, se acompaña de dolor y endurecimiento de la zona en donde se encuentran las glándulas parótidas (entre el lóbulo de la oreja y el ángulo de la mandíbula) y problemas en la salivación. La inflamación de las glándulas parótidas no aparece en todos los casos y puede retrasarse hasta 10 días. Es más frecuente que se afecten ambas parótidas aunque también puede afectarse una sola glándula. La inflamación de las parótidas se nota porque desaparece el espacio existente entre el lóbulo de la oreja y el ángulo de la mandíbula. El enfermo puede referir dolor de oídos y tener dificultades para tragar y hablar. La inflamación aumenta durante unos días y luego va disminuyendo lentamente, desapareciendo al cabo de una semana.
En un 15-20 % de los casos la infección puede no producir síntomas o, en el 50 % de los casos, solamente los de un resfriado leve. La infección sin síntomas es más frecuente en los adultos mientras que la parotiditis sintomática es más frecuente en los niños.
¿Cuáles son las complicaciones asociadas?
Las complicaciones más graves de la parotiditis pueden producirse incluso en ausencia de sintomatología y son las siguientes:
-
Orquitis u orquiepididimitis (inflamación de los testículos). Es la complicación más frecuente en varones adultos. Se produce generalmente después de la parotiditis, pero puede aparecer antes, simultáneamente o incluso sin inflamación de las parótidas. Cursa con fiebre alta (39 °C-41ºC) de comienzo brusco y dolor testicular intenso, acompañado de inflamación y enrojecimiento del escroto. El dolor y la inflamación pueden durar una semana pero la sensibilidad aumentada en la zona se puede prolongar por más tiempo. Más adelante puede desarrollarse atrofia testicular y alteraciones de la fertilidad. La esterilidad es rara y su incidencia es más alta cuando se afectan ambos testículos. No se ha demostrado ninguna relación entre la aparición de una orquitis debida a parotiditis y el desarrollo posterior de cáncer de testículo.
-
Ooforitis. Es la inflamación de uno o ambos ovarios. Se manifiesta con dolor en la región inferior del abdomen aunque no ocasiona esterilidad.
-
Meningitis aséptica (inflamación de las envolturas cerebrales). Es la complicación extrasalivar más frecuente de la parotiditis. Puede aparecer antes, durante o después de la afectación de las glándulas parótidas o en ausencia de ella. Se produce tres veces más frecuentemente en hombres que en mujeres y en adultos que en niños. Sus síntomas más habituales son la cefalea (dolor de cabeza), febrícula (fiebre leve, menor de 38ºC), rigidez de nuca y somnolencia. Suelen recuperarse completamente sin secuelas en 3-10 días.
-
Encefalitis. Su frecuencia ha disminuido drásticamente desde la introducción de la vacuna y hoy día, en la práctica, ha desaparecido.
-
Sordera. Se produce en 1 de cada 20.000 casos. En general comienza de forma brusca aunque, en algunos casos, puede ser gradual. Puede acompañarse de vértigo y, en algunos casos, es irreversible. Afecta a un solo oído en la mayoría de los casos.
-
Otras alteraciones neurológicas: síndrome de Guillain-Barré, polirradiculitis ascendente, mielitis transversa y parálisis facial.
-
Otras complicaciones menos frecuentes:
-
Artritis. Afecta con mayor frecuencia a hombres que a mujeres. Puede afectar a múltiples articulaciones o a una única articulación (rodilla, cadera).
-
Pancreatitis. Se ha observado tanto en niños como en adultos. Se manifiesta con dolor abdominal y suele ser de curso benigno.
-
Afectación miocárdica. Se han escrito alteraciones transitorias del electrocardiograma e inflamación del músculo cardiaco (miocarditis). En general la recuperación es completa aunque se han publicado algunos casos de muerte.
-
Aborto. Se han descrito abortos espontáneos durante el primer trimestre del embarazo. La infección durante el embarazo no se asocia a malformaciones fetales ni a parto prematuro.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad?
El diagnóstico de la parotiditis suele realizarse por la clínica. La prueba confirmatoria requiere un análisis de sangre pero solo se realiza cuando se producen brotes de parotiditis, en los casos en los que hay una gran afectación fuera de las glándulas salivales o no hay afectación de las parótidas y en formas raras de presentación (ej. meningitis).
¿Cuál es el tratamiento de la parotiditis?
No existe un tratamiento específico para la parotiditis; el tratamiento es sintomático.
-
La fiebre puede tratarse con paracetamol o ibuprofeno.
-
La aplicación de compresas tibias o frías sobre la glándula parótida puede producir alivio.
-
La inmunoglobulina antiparotiditis no tiene ningún valor en la prevención ni en el tratamiento de la enfermedad.
-
Los pacientes con meningitis o con pancreatitis pueden precisar hospitalización.
-
Los pacientes con orquitis se tratan con reposo, antiinflamatorios, suspensorios si se precisan y frío local.
¿Puede prevenirse?
La prevención de la parotiditis se realiza:
-
Aislando a las personas infectadas hasta que desaparezca la inflamación de la glándula parótida. Los pacientes con parotiditis deben permanecer en casa al menos 5 días tras el comienzo de los síntomas.
-
Vacunando con virus atenuados:
-
Vacuna triple vírica, protege frente a sarampión, rubéola y paperas; es una vacuna segura y eficaz. Todos los niños deben recibir la primera dosis entre los 12 y los 15 meses de edad y la segunda entre los 3 y los 4 años. Los adultos no vacunados deberían recibir dos dosis.
-
Vacuna que protege únicamente frente a la parotiditis; su disponibilidad puede ser difícil dada la tendencia a ser sustituida por la triple vírica.
¿Cuál es el pronóstico de los afectados?
El pronóstico de la parotiditis es en general bueno, con curación completa sin secuelas.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.