Antes de que comience el parto, la embarazada puede notar unas contracciones que van preparando su cuerpo para dicho momento. A estas
contracciones previas al parto se las denomina contracciones de Braxton Hicks.
Son contracciones irregulares que se suelen notar durante el
tercer trimestre del embarazo aunque, en algunos casos, ya se pueden apreciar incluso durante el segundo trimestre. Son absolutamente normales y no deben causar ninguna preocupación ya que no son lo suficientemente fuertes como para desencadenar el parto.
¿Por qué se producen las contracciones de Braxton Hicks?
Hacia el octavo mes del embarazo
comienza a disminuir la producción de progesterona, una hormona que impide que el útero se contraiga para expulsar al feto. A su vez,
aumenta la secreción de oxitocina, que es la hormona que favorece las contracciones uterinas. Como consecuencia de
ambas modificaciones hormonales, a partir de este momento pueden comenzar a notarse las
contracciones de Braxton Hicks que, en realidad, están presentes durante todo el embarazo aunque de forma imperceptible. Algunas mujeres no llegan a notarlas en ningún momento.
Son contracciones irregulares que se suelen notar durante el tercer trimestre del embarazo
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¿Cómo diferenciar las contracciones de Braxton Hicks de las verdaderas contracciones del parto?
Como las contracciones de Braxton Hicks aumentan progresivamente en intensidad y frecuencia hasta el momento de dar a luz, se pueden confundir con las contracciones de parto hacia el final del embarazo, pero las características de ambas son muy diferentes.
La mayor parte de las mujeres describen las
contracciones de Braxton Hicks como un
endurecimiento breve, indoloro e irregular del abdomen, que viene y se va. Otras mujeres las describen como leves molestias menstruales. Al contrario que las verdaderas contracciones de parto, las de Braxton Hicks no son dolorosas y no se producen a intervalos regulares. No van aumentando su frecuencia con el tiempo, ni se incrementan al caminar. No son más duraderas ni más intensas a lo largo del tiempo, al contrario que las contracciones de parto. Pueden presentarse
hasta unas 10 veces al día y no producen modificaciones en el cuello del útero.
Las
verdaderas contracciones de parto son diferentes en cada mujer e incluso pueden ser diferentes entre un parto y otro.
Producen malestar y ocasionan dolor, que se puede sentir en la espalda y/o en el vientre, junto con una presión en la pelvis. Algunas mujeres las describen como
fuertes dolores menstruales mientras que otras las sienten como oleadas de retortijones similares a los de las diarreas.
Distinguir contracciones de embarazo y de parto
Para saber cuándo estamos ante verdaderas contracciones de parto es conveniente hacerse las siguientes preguntas:
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¿Con qué frecuencia aparecen las contracciones?
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Contracciones de Braxton Hicks: las contracciones son irregulares en el tiempo y no aumentan su frecuencia.
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Parto verdadero: las contracciones se producen a intervalos regulares y duran entre 30 y 70 segundos. Conforme pasa el tiempo se van haciendo más frecuentes y dolorosas.
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¿Cambian con el movimiento?
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Contracciones de Braxton Hicks: las contracciones pueden desaparecer al caminar, al descansar o al cambiar de postura.
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Parto verdadero: las contracciones permanecen con independencia del movimiento, del reposo o del cambio de postura.
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Contracciones de Braxton Hicks: las contracciones suelen ser débiles y no aumentan su intensidad. También pueden ser más fuertes al principio e ir disminuyendo en intensidad a lo largo del tiempo.
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Parto verdadero: las contracciones aumentan su intensidad de forma progresiva.
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Contracciones de Braxton Hicks: las contracciones se suelen notar en el centro del abdomen o en la pelvis.
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Parto verdadero: las contracciones pueden empezar en la parte baja de la espalda y desplazarse hacia el centro del abdomen, o comenzar en el centro del abdomen y desplazarse hacia la zona baja de la espalda.
Los siguientes signos pueden indicar que el parto es inminente y es conveniente consultar o acudir a la Maternidad:
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Contracciones cada 10 minutos o más de 5 contracciones en 1 hora.
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Endurecimiento regular o dolor en la zona baja de la espalda y en el abdomen.
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Aumento de la presión en la pelvis o en la vagina.
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Dolores similares a los menstruales.
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Sangrado vaginal.
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Pérdida de líquido a través de la vagina.
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Náuseas, vómitos o diarrea.
Si se trata de contracciones de Braxton Hicks, no se debe tomar ninguna actitud a no ser que sean molestas. En este caso se puede:
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Dar un paseo. Las contracciones de Braxton Hicks suelen desaparecer al cambiar de postura o al caminar.
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Dormir un poco o descansar.
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Relajarse.
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Beber un poco de agua.
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Tomar un aperitivo.
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Recibir un masaje.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.