Que las
Enfermeras y Enfermeros de nuestro país están siendo el verdadero motor de esta crisis sanitaria, creo que es evidente desde el principio de la misma,
dando respuesta en todos los niveles, dirección, gestión, coordinación, así como atención sanitaria y cuidados.
Las Enfermeras siempre están cada vez que es necesario, con un nivel excelente,
como así lo han reconocido y siguen reconociendo multitud de pacientes y ciudadanos. Muchos de ellos, tras agradecer de manera general el comportamiento de todo el personal del sector sanitario y otros sectores, se detienen intencionadamente de manera especial en su
agradecimiento a las Enfermeras y Enfermeros de nuestro país, cosa que detecto cuesta cierto trabajo a nuestros representantes gubernamentales y políticos.
El sistema sanitario no puede ser igual que antes de la crisis del coronavirus
Sin embargo, y atisbando a medio plazo la vuelta con paciencia y prudencia a cierta normalidad social, quienes gobiernan han mostrado, por segunda vez, sus claras intenciones,
marginando a las Enfermeras y Enfermeros, con la creación de un comité de expertos para planificar la desescalada, constituido por 22 profesionales, de ellos 18 Médicos, es decir el 82 por ciento. Esto pone de relieve que,
en esta crisis, quienes nos gobiernan no han aprendido nada y siguen con las mismos tics corporativos medicalizados de siempre, sin entender que el necesario y reconvertido sistema sanitario que ha de surgir tras esta crisis no puede ser igual que el que teníamos hasta ahora.
En el nuevo sistema
el cuidar cobrará aún más relevancia y, según el propio Ministerio, la Atención Primaria tendrá un papel protagonista, que en el caso de la desescalada toma especial relevancia para la detección de nuevos casos, el seguimiento de casos leves y contactos sospechosos de haberse infectado, así como el aislamiento y monitorización de la situación garantizando la localización y seguimiento de los contactos.
No obstante, para planificar todo ello el Comité de expertos de 22 profesionales tendrá nuevamente un marcado carácter Político-Médico, como casi siempre,
nueva oportunidad perdida para nuestra sanidad y nuestra sociedad.
Las Enfermeras son fundamentales en la transformación de la salud ciudadana
De poco sirve el clamor de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) exigiendo a los países la relevancia necesaria que han de tener las
Enfermeras y Enfermeros en el liderazgo gestor, directivo y de cuidados, así como su participación en los órganos de decisión estratégica y planificación sanitaria, o las declaraciones del presidente de
Naciones Unidas afirmando que las Enfermeras son fundamentales para el cambio y juegan un papel de liderazgo en la trasformación de la salud de los ciudadanos.
"Ha llegado el momento de que las Enfermeras y Enfermeros de nuestro país, cuando pase la actual crisis sanitaria, tengamos claro que ante la nueva sanidad que hemos de reconstruir entre todos, ni un paso atrás ni tampoco al margen"
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De poco sirve también la necesidad de fortalecer el liderazgo de las Enfermeras en los niveles de Atención Primaria, Hospitalaria y Sociosanitaria, así como su incuestionable aportación para poner en marcha la
necesaria y urgente reconstrucción del Sistema Nacional de Salud, todo ello expresado de una y otra manera por personas de reconocido prestigio como
Rafael Bengoa, Rafael Matesanz o Julián García Vargas.
Da igual,
los políticos que nos gobiernan, siguen impregnados de los tics rancios del pasado y se empeñan en llegar nuevamente tarde y mal, se resisten a abrir espacios alejados de la contaminación política y sectarismo profesional y donde la prioridad sea solo la salud de los ciudadanos y no mantener un
comportamiento profesional elitista que ha evidenciado su fracaso y que, por otro lado, ha acreditado que el hecho de estar en los primeros puestos de España en ratio de Médicos por habitantes no es necesariamente garantía de mejor sanidad; como evidencia casualmente que los países de Europa que mejor han respondido ante esta crisis sanitaria han sido aquellos cuyo número de Enfermeras por habitante era alto, y ese, sin duda alguna, no es el caso de España, sino todo lo contrario y a la evidente realidad me remito.
Las
Enfermeras y Enfermeros de nuestro país somos profesionales prudentes, conciliadores y comprometidos con nuestra profesión y la sociedad, que buscamos el bienestar del paciente y que en situaciones como la que estamos sufriendo toda la sociedad, ahora como siempre, priorizamos la salud del paciente poniendo en riesgo nuestra propia salud y nuestra vida, así como la de nuestro entorno más cercano. Sin embargo, creo que
ha llegado el momento de que las Enfermeras y Enfermeros de nuestro país, cuando pase la actual crisis sanitaria, tengamos claro que ante la nueva sanidad que hemos de reconstruir entre todos, ni un paso atrás ni tampoco al margen.
Enfermería debe ocupar el espacio que merece por capacidad y prestigio
Ha llegado el momento de abordar con orgullo y dignidad la responsabilidad y el espacio que
por derecho y acreditada solvencia y capacidad resolutiva merecemos, que, por cierto, nos reconoce la propia sociedad pero que se niegan a hacerlo quienes nos gobiernan y tienen la capacidad de legislar y fortalecer nuestro sistema sanitario.
Merecemos no sólo reconocimientos laborales y retributivos que también, sino que, de una vez por todas, el Gobierno escuche a la sociedad, a la OMS, a la ONU, a la OCDE y a todas aquellas personas de prestigio que conocen la verdaderas necesidades de nuestro sistema sanitario y que las
Enfermeras y Enfermeros participemos de manera efectiva en todos los niveles de la reconstrucción del sistema sanitario estando, como siempre hacemos, con solvencia y lealtad a los pacientes y ciudadanos en general, pero también con todo la firmeza y contundencia que sea necesaria para avanzar y fortalecer nuestra profesión en el conjunto del
Sistema Sanitario de nuestro país.
Éste y no otro será el
planteamiento que SATSE propondrá a los más de 300.000 Enfermeros y Enfermeras de nuestro país en cuanto pase la actual crisis sanitaria, para, entre todos y todas, y con compromiso y firmeza, no dar ni un paso atrás ni tampoco al margen.