Inicio este artículo haciendo referencia a un chiste sobre estadística que dice más o menos esto: "
si hay dos personas y una se come dos pollos y la otra ninguno, la estadística dice que se ha comido un pollo cada uno". Ahora y en este momento quiero decir que hablaré de médicos de Familia, pero se podría hacer extensivo a los pediatras de Atención Primaria, unos extraordinarios profesionales en vías de extinción.
Llevamos muchos años hablando del problema de la falta de médicos de Familia y de pediatras en Atención Primaria. Lo dicen las organizaciones profesionales, las sociedades científicas, los sindicatos, las Administraciones y hasta los pacientes. Todos coinciden en esta afirmación, lo podemos ver a diario. CCAA reclamando soluciones urgentes,
¡más estudiantes!, ¡más plazas MIR!, ¡que dejen contratar a extracomunitarios!, ¡no tengo más opción que contratar médicos sin la especialidad!..
"El problema parece serio y hasta los responsables de las diferentes Administraciones confirman la gravedad"
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Por otra parte, los datos publicados en los medios de comunicación confirman que hay un problema.
Las citas para ver a tu médico de Familia tienen retrasos medios de 7 días, los hay que hasta 3 y 4 semanas. Por el contrario, ciertos pacientes en redes sociales dicen que van al centro de salud y las salas de espera están vacías. Esto es contradictorio, aunque yo creo más bien que se magnifican determinadas cosas que pueden ser reales, pero muy infrecuentes.
En el Consejo Interterritorial celebrado el pasado 21 de diciembre ya se abordó este problema y hasta se acordó un próximo consejo monográfico para tratar este grave asunto. El problema parece serio y hasta los responsables de las diferentes Administraciones confirman la gravedad.
Vamos a la fuente oficial de datos e información sobre el Sistema Nacional de Salud. El Ministerio de Sanidad en su informe monográfico sobre
Recursos Humanos, ordenación profesional y formación continuada en el Sistema Nacional de Salud, 2022 publica los datos que dan base para hacer los siguientes cálculos:
- Médicos de Familia en el SNS: 29.601
- Media de pacientes asignado por médico: 1.386
- Habitantes mayores de 14 años: 41.025.493
- Frecuentación: 5,45
- Consultas anuales: 223.588.937
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Media de consultas por médico y días: 30,6
Si nos quedamos con estos números, con estas medias, podemos pensar ¿dónde está el problema?
Una media de 30 consultas por médico y día parece razonable, se ajusta a la histórica demanda de los 10 minutos por paciente, una jornada de consulta de 5 horas y otras 2 horas para formación, docencia, domicilios, educación para la salud, otras actividades, etc. Aunque faltaría un dato importante, las ausencias diarias por bajas, permisos, etc, que aumentaría la media de consultas por día dado que apenas hay sustitutos y las agendas se deben repartir entre los presentes.
Algo falla, algo no estamos viendo, estos datos chocan con una realidad que parece incontestable. Vuelvo al inicio y, posiblemente, la teoría de la estadística de los pollos se vuelve a reproducir en este caso.
Cuando hablamos de medias todo parece correcto, pero la realidad no es así.
Posiblemente, en este caso, lo correcto sería hacer el análisis más micro, Servicios de Salud individualizados, posiblemente provincia a provincia, equipo rural o urbano, análisis de la dispersión geográfica, nivel socio económico, despoblación, ausencias por permisos, bajas laborales, etc.
No se pueden tomar decisiones en base al todo, a los grandes números, a las medias.
Sabemos que hay grandes diferencias entre los extremos. Médicos de la España despoblada con pacientes en diferentes núcleos de población, posiblemente con cupos bajos, pero con necesidades asistenciales altas; otros en medios urbanos de nivel socio económico medio y bajo con muchos pacientes asignados y elevadas frecuentaciones; también los hay en medios urbanos de alto nivel socio económico que tienen cupos muy elevados y frecuentación baja, entre otras cosas, por disponer de una alta tasa de aseguramiento privado. Todos son necesarios y pensar en una solución del tipo
“movemos médicos de aquellos centros con menor demanda a los de mayor” no es una respuesta válida para resolver el problema.
Tenemos los datos, disponemos de personal cualificado, herramientas informáticas y medios de cálculo, sabemos lo que se necesita, falta hacer el análisis y después tomar las decisiones oportunas para resolverlo.
Y
no es solo disponer de más médicos, es necesario tomar medidas para que estos hagan lo que deben, ser médicos, no burócratas; redefinir el papel de cada profesional, apostar por la
Enfermería de familia como figura imprescindible en los centros de Atención Primaria, crear la categoría de administrativo sanitario de apoyo en las labores de la burocracia clínica, etc. Por supuesto, también es necesario hacer educación sanitaria que llegue a la población, incidir en los autocuidados, etc.
Lo que no solucionará el problema es seguir en la dinámica de politización (en todas las CCAA, gobernadas por derecha, izquierda o nacionalistas tenemos los mismos problemas), en buscar culpables, quien es responsable de crear más plazas para formación y echarse las culpas unos a otros. Ministerio y CCAA, CCAA y Ministerio, tanto monta, monta tanto, las responsabilidades se comparten.
Me apena pensar que del Consejo Interterritorial no saldrá nada positivo, solo un “grupo de trabajo”, otro “comité de expertos”, un “libro blanco” … vamos, lo de siempre. Y como los datos dicen que todos comen pollo, pues eso, que a seguir igual. Pero no me resigno y termino este artículo recordando el que publicaba en esta misma tribuna allá por septiembre de 2021 y que se titulaba “
Un nuevo Sistema Nacional de Salud. Organización de la asistencia. 'I have a dream'” (con perdón por la auto cita).