Me sirve hoy esta frase de Doménico Cieri Estrada para apoyar mi artículo: “la causa de la mayoría de los problemas de relaciones humanas está en la falta de reconocimiento mutuo”. Y de esto se trata la Carrera Profesional, del reconocimiento hacia unos profesionales que manifiestan de forma clara su compromiso con los pacientes y con la Administración.
En el año 2003 se publica la Ley 55/2003, de 16 de diciembre, del Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud, que en su artículo 40, dice: “2. La carrera profesional supondrá el derecho de los profesionales a progresar, de forma individualizada, como reconocimiento a su desarrollo profesional en cuanto a conocimientos, experiencia y cumplimiento de los objetivos de la organización a la cual prestan sus servicios”.
Este es el origen de la Carrera Profesional. Y la base de la misma es el “reconocimiento a su desarrollo profesional”. Cuando se reconoce este derecho a los profesionales sanitarios, muchos ya habíamos atesorado décadas de trabajo duro, poco recompensado, a veces ingrato, a veces nada valorado, y creo que en todos los casos apreciado por los pacientes, nuestros pacientes. Y hasta ese momento, la única recompensa a la experiencia, a los años de trabajo, era la acumulación de trienios. La diferencia entre quien empezaba su actividad profesional y quienes ya acumulaban décadas de trabajo, era simplemente el abono de los trienios. Unos trienios que por cierto ya se habían encargado previamente de “recortarlos” y dejarlos en cuantía poco más que testimonial.
Desde 2003 hasta 2007, año en el que se aprueba la Carrera Profesional en la Comunidad de Madrid, este derecho estaba en la Ley pero no se había podido desarrollar. Es en el año 2007 cuando se publica un acuerdo sobre modelo de Carrera y se inicia lo que se denominó “fase de implantación” de la Carrera Profesional, en el que se reconocía que la antigüedad era la forma inicial de asignar el Nivel de Carrera a quienes ya llevábamos muchos años trabajando para el Sistema Nacional de Salud. No podía ser de otra forma. El esfuerzo y la dedicación de años tenían que tener una recompensa y un reconocimiento. Y así se hizo. Fruto de ello es que algunos ya comenzamos a ser retribuidos con el concepto denominado “Productividad Fija Carrera Profesional”.
Han pasado 8 años. La fase de implantación no se terminó. La Carrera Profesional no se desarrolló y por motivos económicos la Comunidad de Madrid la paralizó, y así continuamos. ¿Y qué ha pasado en estos años? Pues que se han producido muchos acontecimientos que debemos destacar. Y la “bola crece y crece”, hasta que a estas alturas la valoración económica de la Carrera es el argumento para seguir estando paralizada. Ellos crean el problema, los profesionales lo pagamos.
Ya antes de la “crisis” nuestros responsables políticos de la Consejería paralizaron la implantación de la Carrera, obstaculizaron su desarrollo, hicieron todo lo necesario para evitar cambios de nivel, no cumplieron lo acordado y desde el inicio cuestionaron el modelo que ellos mismos habían firmado. Acumulamos miles de profesionales que ya son fijos y tenían asignado un nivel de Carrera en la fase de implantación, miles de compañeros que no cobran la Carrera y que tienen una falta de reconocimiento a su experiencia, sus años de dedicación y entrega. Miles de compañeros que son maltratados por una Administración prepotente y ”carente de humanidad”, término que ahora está tan de moda en nuestra Consejería. Y en estos años también miles de profesionales han podido progresar en su nivel de Carrera y no les han permitido hacerlo.
Además, cada día se escuchan más voces que ponen en cuestión el modelo de Carrera. Quienes dicen que no es más que una especie de complemento ligado a los años de trabajo. Que poco entienden o que mal leen e interpretan el acuerdo. Realmente no es así. Tenemos un modelo en el que el acceso a los niveles iniciales es relativamente sencillo, pero que se complica a medida que se quiere acceder a los niveles superiores. Se requiere tiempo de trabajo, formación, investigación, publicaciones, doctorado, docencia, compromiso con la organización, etc. para poder acceder al reconocimiento de estos niveles.
Y vienen los nuevos responsables políticos a la Consejería y ya hablan de un cambio en el modelo de Carrera, cuando ya digo que ni la entienden ni se ha desarrollado. ¿Cuándo aprenderán a tratar al profesional con respeto? Lo único que hacen es enfrentarnos, dividirnos, crear agravios comparativos, y con ello desilusión y malestar. Es el momento de reconocer nuestro derecho y reconocer nuestro esfuerzo y dedicación. Por ello pido de forma clara y directa a los dirigentes de la Consejería y a los diputados de la oposición: activen la Carrera Profesional. Es nuestro derecho y lo merecemos. Y termino como empecé, diciendo que las malas relaciones entre profesionales y políticos, se solucionan con el respeto mutuo, y creo que solo unos respetan a los otros. ¡Carrera profesional ya! es más que un derecho. es un reconocimiento a los profesionales.