Seguimos a vueltas con el ‘Modelo Madrid’ de profesionalización de la gestión, y el tema no para de dar titulares. En esta ocasión y tras los últimos nombramientos de Gerentes de Hospitales de Madrid, escuchando la respuesta que el consejero da a mi pregunta sobre este asunto el pasado día 4 de Mayo en la jornada ’Preguntas a la Sanidad de Madrid’, me viene a la cabeza la siguiente frase de Antoine De Saint-Exupéry en 'El Principito': es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que a los demás.
Hace unos meses, en concreto el pasado 22 de Octubre de 2015, la Asamblea de Madrid vivió algo histórico. Todos los grupos políticos, tanto el que apoya al Gobierno como los tres de la oposición, votaron por unanimidad una moción que dará lugar a una Ley que regule la profesionalización de los cargos de gestión, la creación de órganos de gobierno en las Instituciones Sanitarias, y en definitiva, o al menos eso esperamos todos, la “despolitización de la gestión”. Es cierto que esta Ley viene de camino, aunque el anteproyecto enviado no es ni de cerca lo que se pretendía, y se está sometiendo a muchos cambios para que realmente sea un reflejo del espíritu de lo acordado.
Pero ya sabemos que entre lo que se dice y lo que se hace a veces hay grandes diferencias. Los nombramientos de gerentes, con independencia de que aún no esté en vigor esta Ley, pueden hacerse ya bajo la idea que en ella se plasmará. La Consejería de Sanidad ha tenido la ocasión de demostrar que realmente cree en lo que dice, pero los hechos demuestran lo contrario. Qué bueno hubiera sido que estos seis nombramientos se hicieran con un modelo cercano a lo que se pretende. Pero nada más lejos de la realidad.
No entiendo que tanto los nombramientos como los ceses no sean transparentes, justificados, explicados, y sigan siendo una consecuencia más del habitual, “yo mando, yo nombro”. Cesan a cuatro gerentes, pero no sabemos los motivos, aunque los suponemos. Pero no hay explicación oficial. Cuando a un cargo de este nivel se le cesa, lo mínimo es dar una justificación.
Además de los ceses no explicados, se hacen seis nombramientos de gerentes, y tampoco se justifican. Hacer un resumen de su currículum no es explicación. Además en algún caso evidencia que el criterio para nombrar es sobre todo el de “afinidad política” y no la experiencia, formación, etc. Sinceramente, no lo entiendo. Sigo defendiendo que una Gerencia es algo muy serio, es un puesto cargado de responsabilidad, requiere unos conocimientos y habilidades contrastadas, y cualquiera no vale para ello. Y desde luego, la mera experiencia en política no es suficiente. También estos nombramientos han puesto a la luz algo muy claro, y es que esta Consejería sigue apostando por buscar el enfrentamiento entre profesionales. A buen entendedor, pocas palabras bastan.
Confío y deseo que estos sean los últimos nombramientos antes de que se apruebe la Ley sobre profesionalización, y si es necesario que se den más ceses o nombramientos, estos se hagan ya bajo la aplicación del espíritu que subyace en la Ley. Me gustaría que podamos decir que entre lo que digo y lo que hago no hay diferencias, y que se sea consecuente con las ideas y mensajes que emitimos. Esto hará más creíble a la ya muy denostada “clase política” y a los dirigentes de las Administraciones.