La sanidad de Castilla y León se ha vuelto a dar un merecido baño de multitudes en la sexta edición de los Premios que organiza Sanitaria 2000 con el patrocinio de Janssen y Linde Healthcare. Catorce categorías han agrupado a los mejores profesionales, centros y servicios sanitarios y proyectos de trabajo que permiten a la sanidad regional mantener un alto nivel de calidad y un similar listón de prestaciones, pese a los años de crisis que siguen sin remitir del todo.
El consejero Antonio Sáez Aguado, quién sabe si en su última intervención en estos Premios como primera autoridad sanitaria de la región, ha querido dejar bien claro cual sería en ese caso su legado por el cual seguramente quisiera ser recordado: la resistencia del sistema frente a los ajustes, el mantenimiento del modelo público, superando no pocas dificultades de gestión y financiación, seguramente inimaginables al principio de la legislatura. Preservar lo que había puede ser un logro menor en tiempos de bonanza; pero en la mayor crisis de los últimos tiempos, seguir disponiendo de un servicio esencial en las mismas condiciones de siempre es un mérito que, obviamente, es de justicia atribuir en primera instancia al consejero.
Así se lo ha venido transmitiendo el sector en los últimos meses, en una sanidad donde el pacto, el consenso, el entendimiento incluso político, es moneda habitual de cambio. "Nosotros no queremos entrar en el debate entre gestión pública y gestión privada", ha vuelto a insistir el consejero, como para zanjar una controversia que, aunque se le insinuó en varias ocasiones en los últimos años, siempre supo sortear con habilidad y pragmatismo.
Por lo tanto, la sanidad castellanoleonesa resiste y es capaz de mirar a su alrededor en busca de ejemplos y motivos de reconocimiento del trabajo bien hecho. Y esta edición de los Premios de Sanitaria 2000 ha dado sobrados casos de esa sanidad excelente de la que le gusta presumir al consejero: la Academia de Farmacia, que pese a su corta trayectoria, ya ha logrado configurar un completo programa de trabajo; la Real Fundación Hospital de la Reina, ejemplo de una sanidad privada humilde pero resolutiva; el sistema de cita previa multicanal en atención primaria, que ha contribuido a mejorar la accesibilidad a este nivel asistencial; el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (Ibsal), acreditado por el Carlos III; la Sociedad de Admisión y Documentación de Castilla y León, por su libro blanco que reordena y mejora una disciplina tan poco conocida como necesaria; la lucha contra el cáncer de mama de las autoras del libro 'Tan alta como un ciprés' y el programa 'Espacios de vida', de la Federación de Familiares de Enfermos de Alzheimer; el impulso innovador del centro I+DEA; el médico de familia Ruperto Sanz y el equipo de Primaria de Soria Sur; el liderazgo de María José Pérez Boíllos en temas de calidad; la Red Centinela Sanitaria de Castilla y León, un modelo pionero y referencia en toda España; la trayectoria de Carlos Díez de Baldeón, un gestor que ha dedicado más de cuarenta años de su carrera profesional a la sanidad de la región; el internista Prieto de Paula, por la Unidad de Diagnóstico Rápido de Valladolid, y el programa de trasplante hepático del Río Hortega, que proporciona asistencia a toda la comunidad.
Ejemplos reconocidos de una sanidad reconocible, cuyo modelo sigue funcionando igual que siempre, y esa es la mejor de las noticias.