Las actividades relacionadas con la cura o el tratamiento de una enfermedad, así como las ejercidas por profesionales sanitarios en el sector privado, están
exentas de IVA desde el año 1992 (ley 37/1992), alineándose con todos los países de la Eurozona, que aplican esta exención.
No se conoce aún la propuesta de Presupuestos Generales del Estado y el Gobierno parece descartar la subida del IVA en materia de Salud, pero ante los rumores suscitados,
desde el Foro Español de Pacientes queremos manifestar nuestra firme oposición a la eliminación de las exenciones y las reducciones fiscales de las actividades sanitarias. Consideramos que el Gobierno acierta cuando rectifica lo que en un principio abrió como posibilidad, pero estaremos atentos a que las negociaciones y “auto-enmiendas” de los Presupuestos Generales del Estado, no vayan a perjudicar al colectivo que representamos;
y corrija más bien, el desequilibrio presupuestario en materia de salud publica, con respecto a nuestros homólogos europeos.
Organismos como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), señalan que la retirada de dicha exención del IVA podría suponer un ingreso extra, pero a la vez, se acompañaría de un mayor gasto público, además de ir en contra de la calidad, resultaría muy poco práctico y seria contrario al derecho.
El
dificultar el acceso al sector privado, sobrecargaría más el público, cuyo nefasto resultado es fácil de comprender en las actuales circunstancias con el COVID y las listas de espera.
Además,
determinados servicios en el ámbito de la Salud son privados estructuralmente, como lo son la farmacia comunitaria, consultas privadas de médicos, los fisioterapeutas, podólogos, odontólogos, ópticos-optometristas, centros auditivos, logopedas, psicólogos, etc. que son sin duda, son de una importancia capital para la educación, prevención y servicio de salud de la ciudadanía.
"El gobierno no debería gravar a quienes buscan la satisfacción de sus necesidades sanitarias"
|
También es un derecho como recoge nuestra Constitución, que vela por el cuidado de la Salud.
Si bien es lógico comprender que el presupuesto no es ilimitado y esto hace que tampoco lo sea la cartera de servicios, el gobierno no debería gravar a quienes buscan la satisfacción de sus necesidades sanitarias.
No debemos olvidar el sentido del IVA o Impuesto sobre el Valor Añadido, generado como impuesto indirecto que grava el consumo final de productos y servicios, es decir, que penaliza el consumo pues se paga según el consumo que haga cada persona. Más enfermo, más afectado …más pagaría. Estar enfermo no es un lujo.
Por último, resultaría un agravamiento de la inequidad que se originaria con la aplicación del IVA, restringiéndose su acceso a quienes económicamente están en situación desfavorable, sabiendo que estamos presenciando un incremento de la “pobreza farmacéutica” e incluso de carácter general.