Javier Barbado / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid El modelo se encuadra en el Proyecto Confianza Seguridad del Paciente, en el que Áliad trabaja desde 2007 y que ya dio como fruto el primer mapa de efectos adversos del sector sanitario privado en España. En este caso, se trata de elaborar un marco de referencia para los centros particulares que permita saber si se encuentran a la altura en materia de seguridad del paciente, sin duda el aspecto asistencial de mayor relevancia en cualquier organización de la salud. De hecho, los hospitales y clínicas españoles todavía adolecen de un porcentaje no desdeñable de eventos adversos (se calcula que alrededor del diez por ciento de las intervenciones dan lugar a un episodio de esa índole) y de carencias en los sistemas que sirven para notificarlos. El propio González Bedia apuntó, entre otros datos, que el 25 por ciento de la cirugía hospitalaria que se practica en el país presenta complicaciones, y, en Europa, los centros registran cinco millones de infecciones nosocomiales cada año. Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Gestión de Riesgos Sanitarios y Seguridad del Paciente (Aegris), José María Ruiz Ortega, precisó que el 32 por ciento de las prescripciones por antimicrobianos resulta inadecuada y el 75 por ciento de los cuadros de faringoamigdalitis no se trata como debiera, por citar dos ejemplos significativos de práctica médica revisable. Para corregir la vulnerabilidad del enfermo en el ámbito de la sanidad privada, la “Acreditación Confianza” exige del centro que la ostente el cumplimiento de una serie de premisas muy rigurosas basadas en el modelo internacional de excelencia EFQM. Según explicó Bedia, esos requisitos abarcan desde la implantación de un sistema de gestión de la calidad asistencial hasta el análisis de riesgos jurídicos y económicos ante incumplimientos de la normativa en vigor sobre seguridad del paciente. Asimismo, se han elaborado 14 indicadores que facilitan la medición de esta variable en los hospitales privados (número de infecciones nosocomiales, errores atribuibles a la medicación, reingresos y reintervenciones, etc.). La guía clínica como respuesta Una de las bazas de que disponen los profesionales para contrarrestar los eventos adversos reposa en las guías de práctica clínica, tal como expuso ante el auditorio Ruiz Ortega, quien las definió como el método que permite corregir la variabilidad del abordaje integral de la enfermedad. Aun así, según indicó, en el turno de preguntas, Narciso Perales Rodríguez de Viguri, jefe de Sección de la Unidad de RCP del Hospital 12 de Octubre de Madrid, la revisión sistemática más reciente llevada a cabo en la literatura científica (en concreto, en la publicación JAMA en 2009), reveló que apenas el 11 por ciento de las guías clínicas de Estados Unidos partía de evidencias científicas irrefutables y no solo del consenso establecido por los especialistas. Gonzalo Carreño, consultor senior de Antares Consulting, mostró a los asistentes la herramienta TPSC Cloud, un ejemplo de gestión integral de seguridad del paciente que aprovecha internet para ofrecer aplicaciones necesarias para cumplir con las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en esta área. “La plataforma dispone de un App Center desde donde se pueden comprar nuevas APPS, y permite acceder a servicios directamente desde internet de forma flexible y adaptativa”, señaló. “Además –continuó– resulta posible implantarla en una sola organización o en una red compartida por varios centros”. Por último, el director médico de USP-Sagrado Corazón, Alfonso Haya Coll, explicó la experiencia del centro en materia de seguridad del paciente y, en concreto, la creación de una Comisión Central y de varias Comisiones Clínicas multidisciplinares coordinadas por las direcciones médica, enfermera y de los especialistas en calidad. Asimismo, habló del Área Quirúrgica del centro y de los listados de verificación –esenciales para la seguridad de la actividad del quirófano– así como del Área del Medicamento, y, en particular, del programa de prescripción electrónica Farhos implantado en el hospital “para homogeneizar la práctica clínica y mejorar la seguridad de los procesos”. Como muestra de la seguridad del paciente en el USP-Sagrado Corazón, Haya Coll informó de que la prevalencia de infección intrahospitalaria se situó en el 5,15 por ciento frente al 7,8 por ciento de la media nacional. |