“A las mujeres nos cuesta más alcanzar puestos de responsabilidad. Se nos exige más, tenemos que demostrar continuamente que desempeñamos bien nuestra labor, que no nos viene grande”. Son palabras de
Pilar De Lucas, primera mujer en convertirse en la presidenta de
SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica). Una pionera en el mundo de la Sanidad, como también lo son
Natividad Laín, presidenta del
Colegio de Médicos de Toledo;
Pilar Garrido, primera mujer en presidir
SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica); y
Juana Carretero, secretaria general de
SEMI (Sociedad Española de Medicina Interna). Han llegado a lo más alto de estas instituciones sanitarias, pero también en sus especialidades. La Revista de Redacción Médica les ha preguntado sobre el
machismo en el mundo sanitario y su experiencia personal.
“Nunca he vinculado ser presidenta con una razón de género, sino por mi conocimiento”, explica De Lucas, jefa de sección de
Neumología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón hasta hace unos meses, cuando se jubiló.“Forma parte del desarrollo profesional. Primero fue el compromiso de formar parte como vocal cuando había pocas mujeres en la directiva”, recuerda la especialista, que a partir de ahí no paró de involucrarse con la Sociedad hasta llegar a presidirla. Algo parecido le pasó a Juana Carretero, especialista de área del
Servicio Extremeño de Salud: “Formaba parte de la Junta de SEMI y aún me quedaba un año de mandato como vocal. Me lo ofrecieron y en un primer momento me extrañó, pero nunca dudé en aceptar el cargo”.
Aunque todas tuvieron una acogida excepcional entre sus compañeros, sí que comparten ciertos momentos de incertidumbre. “De entrada, cuando a las mujeres nos ofrecen un puesto de responsabilidad sopesamos más cosas que los hombres. De hecho, yo ya he cumplido los 50, si me lo llegan a plantear hace unos años, quizá lo hubiera rechazado”, expone Laín, médico de Urgencias del
Hospital Virgen de la Salud, que accedió a la presidencia del Colegio de Médicos de Toledo el pasado año.
Suficiente capacidad
Pilar Garrido, primera mujer en presidir SEOM
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Por su parte, Garrido , actualmente Presidente del
Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud –también primera mujer al cargo- , recuerda qué sensaciones tuvo al convertirse en la primera mujer que presidió SEOM: “En ningún momento percibí rechazo o situación de incomodidad por el hecho de ser mujer. Es cierto que al ser la primera, sí sentí cierta responsabilidad de cumplir las expectativas, pero al fin y al cabo eso fue un aliciente para intentar hacerlo aún mejor”.
De Lucas también recuerda esos primeros días: “Si eres mujer te da aún más miedo. Tienes la responsabilidad y la capacidad de la gestión y dirección. Las mujeres lo sabemos, pero a la sociedad a veces le cuesta. Ser mujer no es una debilidad sino una fortaleza, podemos dirigir de forma exitosa”. En su cargo sólo habían estado hombres, un total de 20: “Estaba un poco en juego el papel de la mujer. Si las cosas no salen bien, va a haber un comentario que cuestione que la mujer no tenga capacidad suficiente o no haya dedicado el tiempo oportuno”.
Pacientes incómodos
“Una de las acepciones de la RAE para machismo es ‘actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres’ y sí creo que a lo largo de mi vida profesional he visto situaciones que se encuadran perfectamente en esa definición, particularmente cuando era más joven”, recuerda Garrido cuando se le pregunta si el mundo de la Sanidad es
machista.
Juana Carretero, secretaria general de la SEMI.
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Cuando eran residentes, todas las expertas coinciden en haber vivido momentos incómodos con algún paciente. “Estaba en una guardia como R5, y estaba conmigo un R1 varón. Yo informaba a la familia y ellos miraban al residente, que tuvo que decirles que era yo quien estaba tratándole. Sentí rabia porque siempre he sido muy independiente, ¿Qué más tengo que demostrar si soy yo la que está explicándoles cómo está su familiar?”, se pregunta la secretaria general de SEMI, que también denuncia comentarios machistas por parte de los pacientes: “Yo ahora tengo 45 años y 15 de especialidad. Mi marido también es internista y yo he sido la ‘mujer de’ pese a trabajar los dos en el mismo servicio. Y no, soy la doctora Carretero, no la ‘mujer de’”. Aunque los define como “casos puntuales”, la doctora Laín también se acuerda que, “cuando era residente, algunos caballeros tenían reticencias para desnudarse delante de una mujer”.
Altos cargos
Pilar De Lucas, primera mujer en dirigir SEPAR.
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En sus 40 años de servicio, De Lucas ha visto cómo las cosas han ido mejorando: “Inicialmente, una mujer joven, no era la doctora, era la “señorita”. Tenías que decir: ‘No mire, yo asumo su tratamiento y le voy a acompañar durante su proceso. Era una actitud muy paternalista, pero nunca falta de confianza”, considera la doctora, que aún con ello cree que las mujeres parten con cierta desventaja: “El hecho de tener que demostrarlo no es justo. A los hombre el valor se les supone”.
Tampoco ha sido fácil llegar a dirigir a un equipo. “No hemos avanzado lo suficiente, ahora ocupamos más altos cargos porque somos más numerosas y no porque asuman nuestra igualdad. Seguimos trabajando por conquistarla”, considera la primera presidenta de SEPAR. La misma opinión tiene Carretero: “La situación ha evolucionado porque las mujeres somos más, tanto en las
facultades como en los hospitales. Y la gente ya se ha acostumbrado a nosotras. Aunque el discurso del médico y la enfermera sigue muy presente, incluso para nosotros. Es un
reto el cambiarlo”.
También ahí, algunas sienten el aliento en la nuca: “Cuando una mujer accede a un cargo, por ejemplo, el de Jefe de Sección, cuesta. Sobre todo a los varones. Les cuesta asumir la
autoridad, que una mujer les mande. De hecho, por eso no hay muchas mujeres en las gerencias o en las jefaturas de servicio y yo creo que debería”, explica la internista del Hospital Comarcal de Zafra.
Según el último estudio de la
EPA, el 62,5 por ciento de los empleos que se han destruido en el sector sanitario son de mujeres, pese a ocupar el 74,2 por ciento de los trabajos del sector.
Cambio de actitud
Para Carretero, las propias mujeres deberían adoptar una actitud proactiva: “tenemos que creernos que podemos acceder a esos puestos. No pensar tanto en los hijos o en la familia. Y una vez nos lo creamos, todos se darán cuenta. Por ejemplo, en la SEMI, somos tres hombres y tres mujeres. Somos conscientes de la
paridad”.
Natividad Laín, presidenta del Colegio de Médicos de Toledo
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También lo son en el Colegio de Médicos de Toledo, uno de los que cuenta con más mujeres en la junta directiva: “No fue especialmente buscado. Pero al llamar de una mujer a otra, se generó un efecto positivo. La
colegiación se lo ha tomado muy bien”, explica Laín que, como su compañera, “anima a las mujeres a que ocupen estos puestos de responsabilidad”: “Es difícil que una mujer se presente de forma espontánea y quizá se debería hacer una búsqueda activa para que accedan”.
La doctora Garrido aconseja a las sanitarias que empiezan que “persigan sus sueños, que se apoyen en familia, amigos y compañeros y que no renuncien a nada. Siempre digo que la vida profesional es muy larga y que si trabajas duro consigues tus objetivos pero en mi opinión nada de eso tiene sentido si dejas de lado tu vida personal o renuncias a la maternidad por miedo a quedarte atrás….hay tiempo para todo”. Ella es la única representante española de
Woman for Oncology de ESMO, quien lucha por acabar con el desequilibrio de género en la sanidad.
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