El País Vasco se ha propuesto erradicar la tasa de suicidios en esta comunidad. Por ello, se va a elaborar un programa de prevención con el propósito de reducir las tasas de suicidios, siguiendo la iniciativa que ya ha sido puesta en marcha en numerosos países de todo el mundo.
Andrea Gabilondo, psiquiatra de la Red de Salud Mental y coordinadora del proyecto.
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En la actualidad, en el País Vasco, cada año se suicidan alrededor de 170 personas, según datos proporcionados por Andrea Gabilondo, psiquiatra de la Red de Salud Mental y coordinadora del proyecto del programa piloto de prevención de conducta suicida desarrollado por Osakidetza en Gipuzkoa. La proporción es mayor en los varones, con tres muertes entre los hombres por cada mujer. La mayor parte de los casos, ocurren en personas de entre 50 y 70 años, una franja de edad que representa casi el 40 por ciento de los suicidios. En lo que se refiere a la distribución por provincias, es similar a la distribución poblacional.
La Red de Salud Mental de Gipuzkoa ya empezó a desarrollar el programa piloto en 2013. “Hemos abordado el proyecto desde un enfoque poblacional. Este enfoque pretende llegar a reducir el riesgo medio de una población haciendo cambios en el entorno y trabajando tanto a nivel sanitario como fuera de él”, ha manifestado Gabilondo durante su intervención en los cursos de verano de la Universidad Del País Vasco (UPV).
El modelo desarrollado combina intervenciones de cuatro niveles diferentes. En primer lugar, mejorar la formación de profesionales sanitarios para enriquecer la capacidad de detección y tratamiento de la depresión. A continuación, llevar a cabo acciones de sensibilización y concienciación de la sociedad. En tercer lugar, formar a los agentes comunitarios en la detección y manejo del riesgo suicida. Por último, elaborar sistemas de apoyo y seguimiento para las personas de alto riesgo.
La experiencia piloto se puso en marcha en las comarcas guipuzcoanas del Alto Deba y Alto Urola- Goierri para testar la viabilidad del proyecto. La primera iniciativa fue una iniciativa ciudadana sobre la depresión con el objetivo de reducir barreras y acceder al tratamiento. “La campaña se centró en la depresión porque este es el factor de riesgo poblacional más importante” ha explicado Gabilondo. En este sentido, ha explicado que está presente en más del 60 por ciento de los casos porque se sabe que el 40 por ciento de las personas con depresión no recibe tratamiento. Para lograr la concienciación de la sociedad, se distribuyeron carteles y trípticos, y se realizaron varias ruedas de prensa con medios.
Por otra parte, se han realizado cursos formativos en primeros auxilios psicológicos para los profesionales que trabajan en la comunidad, como educadores o policías. La última intervención la desarrollaron en el sistema sanitario. “Nos centramos en reducir el riesgo de repetición de conductas suicidas en pacientes atendidos en urgencias por un intento de suicidio”, ha expresado.
Además, para realizar el seguimiento de estas personas, han puesto en marcha un seguimiento telefónico protocolizado como refuerzo a la atención ordinaria. “Reduce la sensación de aislamiento de la persona y mejora la adherencia al tratamiento. Además, no tiene ningún efecto adverso”, ha aclarado. Se le realizan llamadas breves al paciente, y así se evalúa el riesgo. Este programa de seguimiento telefónico se ha extendido a las tres provincias.
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