La eficacia en el abordaje de la patología nodular y la agilidad en el proceso que caracterizan a la unidad

La Unidad de Nódulo Tiroideo de la Jiménez Díaz ofrece un abordaje integral


26 abr. 2021 13:05H
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Los nódulos tiroideos, bultos sólidos o llenos de líquido que se forman dentro de la tiroides, glándula situada en la base del cuello, tienen una prevalencia muy frecuente en la población general, y habitualmente son asintomáticos, por lo que se suelen descubrir de forma casual al palpar el cuello o al realizar alguna exploración clínica o prueba de imagen.

La mayoría de los nódulos son benignos, por lo que no precisan ningún tratamiento, aunque algunos pueden crecer lo suficiente como para hacerse visibles o dificultar la respiración o la deglución. Sin embargo, una vez se detecta un nódulo, es necesario realizar un estudio para confirmar esa benignidad y descartar la posibilidad de cáncer de tiroides y la correspondiente necesidad de abordaje quirúrgico para extirparlo. Un proceso que, en ocasiones, puede prolongarse con numerosas consultas y la realización de ecografías y otras pruebas, lo que se traduce en una espera que conlleva para el paciente incertidumbre, preocupación y angustia hasta conocer su diagnóstico final.

Para optimizar y agilizar el abordaje de la patología nodular la Fundación Jiménez Díaz cuenta con una Unidad de Nódulo Tiroideo “formada por profesionales especialmente dedicados a esta patología y con gran experiencia en su manejo, que ofrece una asistencia integrada y de alta resolución”, afirma su coordinador, Manuel Gargallo, especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición del hospital madrileño, quien explica que “este diseño permite que los pacientes puedan ser derivados directamente desde Atención Primaria, sin necesidad de ninguna consulta intermedia ni exploración o ecografía previa”.


Valoración integral y visión global


“En la consulta de esta unidad, un experto en patología nodular realiza la valoración integral del nódulo del paciente, que incluye no solo la historia y exploración clínica, sino también la realización de una ecografía tiroidea completa”, añade el especialista. Todo ello es llevado a cabo en el mismo acto asistencial y por parte de un solo facultativo, el mismo que atiende al paciente hasta su alta en la unidad.

Este abordaje posibilita que, al finalizar la consulta, y con todos los datos recabados por el mismo especialista, este pueda tener una “visión global” que le permite ofrecer un diagnóstico al paciente y, en función de este, orientar la actitud terapéutica a seguir.

Así, tal y como indica Gargallo, se puede confirmar “si estamos ante un nódulo absolutamente benigno sin ningún tipo de riesgo, dando por tanto el alta al paciente; si, por el contrario, es recomendable hacer alguna valoración sucesiva, caso en el que se cita una revisión posterior en la consulta de la unidad; o incluso si está indicada una punción aspiración por algún dato de sospecha, citando entonces para su realización, también dentro de la misma unidad, unos días más tarde”.

En menos de una semana el paciente tiene los resultados de la punción; si estos son benignos, se le cita para revisiones con ecografía, mientras que, si evidencian algún dato de sospecha, se le deriva directamente a Servicio de Cirugía para su intervención.


Equipo médico cualificado y tecnología de última generación


La eficacia en el abordaje de la patología nodular y la agilidad en el proceso que caracterizan a la Unidad de Nódulo Tiroideo de la Fundación Jiménez Díaz responden tanto a su equipo médico, muy cualificado en este campo y coordinado por Gargallo, de gran reconocimiento y proyección nacional, como al equipamiento de vanguardia con el que está dotada, entre el que destaca un ecógrafo de última generación que cuenta con una sonda lineal matricial multifrecuencia (6-15 mHz) de 50mm de ancho de visión.

“Con este ecógrafo se puede realizar elastografía por ondas de corte (SWE) en los nódulos tiroideos, lo que nos permite determinar la rigidez del nódulo, tanto con mediciones cuantitativas como con un elastograma con código cromático en 2D”, apunta el coordinador de la unidad, subrayando que “esta novedosa tecnología ayuda a establecer la benignidad o malignidad del nódulo”.

Esta dinámica de trabajo ha hecho posible que los pacientes, en un espacio muy breve de tiempo que reduce al máximo las demoras y esperas y con un máximo de dos consultas presenciales, tengan una evaluación completa de sus nódulos tiroideos y de cualquier problema relacionado con ellos, así como del tratamiento o la actitud terapéutica a seguir; y todo ello dentro de la misma unidad y siendo atendido por un único especialista que le atiende desde el inicio del proceso hasta el alta.

“En la Unidad de Nódulo Tiroideo de la Fundación Jiménez Díaz no solamente conseguimos una asistencia de gran calidad, sino también ágil, dentro de un concepto de eficiencia asistencial”, apostilla Gargallo.
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