El
Hospital Gómez Ulla de Madrid ha activado el
protocolo de actuación sanitaria para recibir a los españoles repatriados desde Wuhan por la epidemia del coronavirus, según han confirmado fuentes del centro sanitario a
Redacción Médica.
El Gobierno ha anunciado que va a proceder a
repatriar a los españoles que se encuentran en China este mismo jueves y ya ha decidido dónde pasarán la cuarentena una vez pongan pie en suelo español,
el citado hospital.
En octubre de 2015, justo un año después de la crisis del ébola, se inauguró, tras meses de trabajo, e
l auténtico ‘búnker’ de la sanidad española. Se trata de una Unidad de Aislamiento de Alto Nivel con ocho habitaciones preparadas para
casos de emergencia nuclear, radiológica, bacteriológica y química, que es única en España.
Varios sanitarios en la unidad de aislamiento del Hospital Gómez Ulla.
|
En un principio se diseñó con el objetivo de albergar un total de 16 habitaciones, pero, finalmente, se dejó en ocho, a las que se les suma una zona de trabajo de Enfermería, áreas de
personal facultativo, espacios de descanso, almacenes y un laboratorio de nivel BSL2.
Todas estas instalaciones cumplen con las recomendaciones de organismos como los centros para el control de enfermedades de Atlanta (Estados Unidos), de
Europa y del Eunid, el grupo European Network of Infectious Diseases que formaron 16 países (entre ellos, España).
Una planta ‘blindada’
La seguridad es tan alta en esa planta que no se puede acceder desde los ascensores centrales del hospital. En el momento de su construcción se creó un
ascensor propio que solo cuenta con tres paradas: las subterráneas y la 22, por lo que se estableció un recorrido específico
para evitar el paso por el resto de zonas.
Gracias a este ascensor, los pacientes pueden llegar a la planta dentro de cápsulas de aislamiento. Una vez ponen el pie en la unidad el equipo médico se encarga de su reconocimiento y, tras ello,
deben pasar por una doble esclusa con puerta doble.
El personal que atenderá a los españoles que lleguen de Wuhan tiene que acceder a las habitaciones a través de una esclusa de limpio y debe salir por otra de sucio,
donde se quitaría el equipo con el amarillo característico gracias a la ayuda de un compañero vestido de blanco.
Finalmente, el personal debe pasar un nuevo control antes de salir de la esclusa de la zona de habitaciones, ya que tiene que ser descontaminado. En este proceso tienen que quitarse el pijama,
que será eliminado como residuo biológico, y, por último, se ducharán, cerrándose así cualquier posibilidad de que se extienda el virus.