Metges critica a Comín por generar "angustia" a los empleados del General

El sindicato Metges de Cataluña (MC) no ha aplaudido las formas con las que Antoni Comín ha manejado la malograda y presunta compra del Hospital General de Cataluña. José María Puig, secretario general de la organización, ha reclamado a Comín que clarifique y concrete la propuesta para “desactivar el clima de incertidumbre y angustia que ha provocado la noticia en los trabajadores del centro”. El representante ha sumado que se trata de un asunto “complejo” que requiere de un análisis profundo y de una negociación pausada con el propietario. Así, el dirigente de MC se muestra de acuerdo con la “idea política” del consejero Comín de recuperar la actividad pública, pero no con las formas que ha protagonizado en las últimas semanas.

Unas declaraciones que van en consonancia con lo que ya explicó Neus Munté, portavoz del Govern, en rueda de prensa cuando indicó que lo oportuno era que estas negociaciones se hubieran llevado con discreción. Comín, en lugar de esto, optó por soltar la noticia en un matinal de radio, generando un tremendo desconcierto en todos los sectores afectados de una forma u otra por los cambios que se produjeran en el hospital.

Así, al malestar del Ejecutivo catalán con el consejero sanitario, se sumó el de los alcaldes de las localidades cuyos ciudadanos reciben asistencia en el citado centro. Un enfrentamiento que ha tenido su mayor exponente en la relación entre Antoni Comín y la alcaldesa de Sant Cugat del Vallès, Mercè Conesa, quien apenas aguantó seis minutos en la reunión que este mantuvo con los trabajadores. Encontronazos que una vez más han apuntalado el papel de Comín como punto de discordia en el seno de Junts pel Sí, como el que ya protagonizó con Montserrat Candini.

En cualquier caso, el responsable sindical de Médicos de Cataluña afirma que “la actividad pública y concertada no se tiene que mezclar con la actividad privada con ánimo de lucro, porque siempre habrá un conflicto de intereses. Pueden coexistir, pero no convivir en un mismo centro”. Una idea que no tiene por qué acarrear con las malas formas del consejero catalán.