Javier Barbado. Madrid
El Hospital Arnau de Vilanova de Lleida ha negado que 13 de sus facultativos se marchen a la sanidad pública aragonesa por la “precariedad de las condiciones de trabajo y la incertidumbre de futuro” y ha atribuido en cambio su traslado voluntario a la oportunidad que se les ha ofrecido por esa comunidad autónoma por medio de un concurso-oposición “porque muchos tienen allí su familia, mujeres e hijos” y no pudieron obtener plaza en su día en su lugar de origen.
La fuente consultada por Redacción Médica incluso ha precisado que, entre los médicos que abandonan su puesto en el Arnau de Vilanova, algunos poseían aquí plaza en propiedad.
Andreu Martínez, gerente del
Hospital Arnau de Vilanova.
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Por el contrario, el sindicato Metges de Cataluña (MC) ha remitido a los medios un comunicado en el que relaciona de forma directa el desplazamiento de los facultativos con las razones antes esgrimidas y ha incidido en que “os recortes y las dudas sobre los planes de Salud en la región sanitaria leridana han sido los detonantes para que este grupo de médicos haya aprovechado un concurso público de empleo abierto por el gobierno aragonés a profesionales de todo el Estado para trasladar su lugar de trabajo”.
MC critica que la política de ajustes del Gobierno ha generado un estado emocional de “cansancio y desánimo” entre los médicos que provoca que muchos profesionales vean en la salida de la Santa catalana “la única solución de futuro”.
“En el caso de los médicos leridanos, al agotamiento por los recortes se añade la sensación de inseguridad sobrevenida por el anuncio del proyecto de unificación de toda la sanidad pública de Ponent en un único ente gestor. Los profesionales recelan de un plan que ven ‘poco claro’ y que se aprovechará para ‘reestructurar las plantillas’ y por ‘introducir modelos de contratación pública no transparentes”. El proyecto, aseguran los portavoces de MC, supondrá un empeoramiento de la calidad asistencial.
Según el sindicato, la marcha de los 13 médicos del Hospital Arnau de Vilanova (el 5 por ciento del total de la plantilla), con una trayectoria de servicio de entre 15 y 20 años, afecta a la mayoría de especialidades médicas y quirúrgicas. “Así, el centro leridano pierde facultativos de alta cualificación relevantes tanto en la actividad asistencial como en la docente y de investigación. El Arnau de Vilanova fue el centro del Instituto Catalán de la Salud (ICS) que sufrió el recorte presupuestario más intensa del año pasado con una reducción del 8,36 por ciento sobre su gasto real de 2012”, recalca.
Para MC, la pérdida de profesionales es el “síntoma más evidente” del malestar de las plantillas médicas después de cuatro años de ajustes que “han situado la sanidad pública catalana a la cola del gasto y los pacientes en la cola de espera”. La organización pide a Salud que “no mire hacia otro lado" y que resuelva el problema de desafección profesional, ya que se trata del "peor escenario de futuro para el sistema sanitario”.
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