Redacción. Zaragoza
Clínica Montpellier y Centros residenciales Ballesol han celebrado, en el salón de actos de la clínica zaragozana, una jornada sobre nutrición y demencia en la que se ha establecido la clara relación entre las dos dolencias. El ponente de la jornada ha sido el doctor Fermín García Gollarte, director médico de Ballesol en la zona mediterránea, especialista en geriatría, nutrición y alzheimer.
Fermín García Gollarte (en el centro), al inicio de la jornada.
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García Gollarte ha indicado que la malnutrición, como síndrome geriátrico, obedece a causas múltiples, a factores sociales, médicos y psicológicos. Y ha subrayado que ante esta malnutrición, si no se actúa adecuadamente, la persona mayor pierde funcionalidad. De hecho, ha manifestado, el estado nutricional es un factor indicador de salud, de capacidad funcional, de calidad de vida y también factor de riesgo de morbilidad y mortalidad.
Por su parte, en las demencias, tal y como ha señalado el ponente, la nutrición es un factor de supervivencia. Por ello hay que prestar especial atención a los problemas nutricionales que se producen en diferentes estadios de la demencia, como alteraciones del gusto y del olfato, o el déficit de atención…
En relación con la pérdida de peso, que es frecuente en la enfermedad de alzheimer, García Gollarte ha destacado que es mayor la supervivencia con un índice de masa corporal entre 22-26,9 que uno inferior a 21,9. De hecho, según ha manifestado el ponente, la pérdida de peso constituye un factor predictivo significativo de rápido deterioro cognitivo.
Junto a la importancia del suministro de comidas “en un ambiente agradable y atmósfera hogareña”, el ponente ha defendido que los resultados de estudios transversales, longitudinales y varios metaanálisis sugieren que la buena adherencia a la dieta mediterránea se asocia con menor incidencia de deterioro cognitivo leve a enfermedad de Alzheimer.
Nutrición en demencia severa
El doctor García Gollarte ha señalado la importancia de una valoración geriátrica integral, de la valoración nutricional, de enfermedades, de infecciones, del dolor, de la depresión, de la revisión de la dentadura, del estreñimiento, de la revisión de la medicación y la valoración de la disfagia.
Asimismo ha reiterado la necesidad de cuidar ambientes, evitar dietas restrictivas y reforzar sabores. También, que el refuerzo y la suplementación nutricional debe ser siempre considerada en la demencia severa, como la suplementación de calcio y vitamina D. A su vez, en referencia a los estimulantes del apetito, ha reconocido que están en cuestión y deben usarse con precaución.
Durante el coloquio posterior, se ha insistido en la necesidad de hacer un diagnóstico de la demencia, ya que su abordaje es diferente en cada caso. Y también en los cambios que se han producido en los criterios de valoración de Alzheimer.
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