Redacción. Sevilla
Los distritos sanitarios y hospitales del Sistema Sanitario Público Andaluz (SSPA) dispensaron la píldora poscoital el pasado año a un total de 14.410 mujeres andaluzas, lo que supone una caída del 9,5 por ciento respecto al número de mujeres a las que se dispensó en 2011 la ‘píldora del día después’, que fue de 15.921.
María Jesús Montero, consejera de Salud. |
Según los datos a los que ha tenido acceso Europa Press, la mayoría de estas dispensaciones se realizó en el ámbito de Atención Primaria, que acaparó el 81,17 por ciento de las mismas, siendo Sevilla la provincia que registró más atenciones por esta causa, ya que alcanzó las 4.271. Tras Sevilla, le siguió Málaga, con 2.190 mujeres atendidas; Cádiz (2.057); Granada (2.013); Jaén (1.554); Córdoba (1.177); Almería (659) y Huelva (489).
El análisis de los datos revela, igualmente, que el perfil medio de la solicitante de este fármaco es el de una mujer mayor de 20 años y que demanda la píldora poscoital por primera vez después de haber mantenido una relación sexual en la que ha fallado el preservativo.
Cabe recordar que desde septiembre de 2009, con el anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, se autorizó la libre dispensación en las farmacias de este medicamento (sin necesidad de receta). De ahí, que previsiblemente el número de dispensaciones a mujeres en centros públicos haya descendido por el efecto de la adquisición directa en las farmacias.
Sobre esta cuestión, el Ministerio de Sanidad ha declarado recientemente que aún no ha decidido si la píldora postcoital se seguirá vendiendo libremente en farmacias como hasta ahora, después de que hace ahora un año la ministra del ramo, Ana Mato, encargara los primeros informes para conocer los efectos de este medicamento para la salud de sus consumidoras.
La decisión final se adoptará a partir del informe que emita el Consejo Asesor de Sanidad, constituido formalmente el pasado mes de octubre, y que se apoyará para ello en los estudios realizados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), la Organización Médica Colegial (OMC) y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) que, según Mato, presentaban “recomendaciones variadas, a veces contradictorias y no concluyentes”.