Cristina Mouriño / Imagen: Miguel Fernández de Vega y Cristina Cebrián. Madrid
El nuevo presidente de los médicos andaluces ha subrayado que “el farmacéutico debe de aconsejar en un momento determinado una forma de medicamento, pero jamás prescribir. La prescripción no llega sola. Llega después haber hecho una historia clínica, unas exploraciones, unas pruebas complementarias y de alcanzar un diagnóstico, un pronóstico y un tratamiento”. En una entrevista con Redacción Médica, Antonio Aguado reconoce que el cambio al frente de la Consejería de Salud ha sido muy positivo. “Hemos encontrado a una consejera totalmente abierta al diálogo, con una actitud personal muy agradable de trato y con una comprensión inmediata cuando se le ha trasladado un problema”, ha apuntado.
Recientemente ha tomado posesión como presidente del Consejo de Colegios de Médicos de Andalucía. ¿Cuáles son los retos y objetivos de esta nueva etapa?
En principio mi objetivo es dar continuidad más que introducir una gran innovación en lo que venimos desarrollando. En Andalucía hemos tenido un importantísimo “problema” que ha sido la colegiación. Éramos, junto a Canarias, Asturias y Extremadura, los únicos que no teníamos la colegiación obligatoria. Había habido un recurso del gobierno, que presentó el señor Aznar y que mantuvo Zapatero, y que al cabo de 11 años, en enero del año pasado, se emitieron dos sentencias del Constitucional en las cual se hacía obligatoria la colegiación también en Andalucía.
Hemos venido luchando porque había una reticencia por parte de la Administración a aplicarlo, y prácticamente, ya lo tenemos casi resuelto, con un incremento de más de 2.000 médicos en la colegiación. No es cosa baladí que nosotros quisiéramos hacerlo. No era solo por el hecho de que no se hubiesen colegiado, sino por garantía ante el ciudadano de que ese médico en ejercicio lo es, tiene la especialidad que dice tener y además va a estar regulado, y vamos a obligarle a una buena praxis.
El presidente de los médicos andaluces en un momento de la entrevista.
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Aunque ha habido un incremento, ¿cree que es necesario seguir insistiendo?
Recibimos un escrito de la directora general de Profesionales de la Junta de Andalucía en el cual, ante un requerimiento que había hecho mi anterior presidente, Francisco José Martínez Amo, nos comunicaba que ya el 16 de octubre había reiterado la obligatoriedad de que estuviesen colegiados a todas las personas que trabajasen en el Servicio Andaluz de Salud (SAS). Es más, le hemos requerido que nos dijesen los médicos que no lo estaban, y en estos momentos, está facilitando un trámite, dentro del cumplimiento de la Ley de Protección de Datos, para que seamos nosotros los que investiguemos quienes son los médicos que no están cumpliendo.
Ten en cuenta que, esos médicos que no están cumpliendo tienen un gravísimo problema y la sociedad también lo tiene.
Si hay un evento negativo en el ejercicio de la profesión, la póliza de responsabilidad civil de estos médicos tiene un apartado final en el que dice que esa póliza cubre a los médicos que tengan los requisitos que marca la ley para poder ejercer, y en este caso, si no están colegiados con una ley obligatoria y una sentencia del Constitucional sería desastroso porque no se lo cubriría. Subsidiariamente, probablemente tuviese que hacerlo el SAS. No es un tema pendiente de lucha, es una garantía ante la sociedad y para el propio médico que está ejerciendo y que además desconocía este apartado.
Según el presidente de los médicos de Andalucía “la colegiación no es un tema pendiente de lucha, es una garantía ante la sociedad”.
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Cambio en las relaciones con la consejería.
Absolutamente. Hemos encontrado a una consejera totalmente abierta al diálogo, con una actitud personal muy agradable de trato y con una comprensión inmediata cuando se le ha trasladado un problema. Prueba de ello es que hemos llegado a hacer unas jornadas conjuntas a mediados de julio para analizar la problemática de los médicos. Las relaciones con ella son magníficas.
Entre las iniciativas del anterior presidente se encuentra la elaboración del nuevo reglamento para promover las reuniones entre los gerentes de los distintos colegios de médicos andaluces, y el impulso a la unión de sus equipos jurídicos, ¿cómo valora el trabajo realizado por Francisco Martínez Amo?
Hay muchos proyectos como usted puede imaginar, pero acabo de aterrizar y habrá que ir desarrollándolos. Hay temas como la validación de la colegiación de los médicos, en la que trabajamos conjuntamente con el Consejo General. Hay montones de proyectos, con mucha ilusión y lo que sí puedo garantizarle es que he venido aquí a trabajar.
La OMC trabaja en la elaboración de un código de buenas prácticas para las juntas directivas de los colegios de médicos, ¿lo ve necesario?
Totalmente necesario. Ustedes han vivido los problemas en el Colegio de Médicos de Madrid. Eso se hubiese obviado si en Madrid hubiese existido un consejo autonómico de colegios como tenemos nosotros en Andalucía. En nuestra comunidad, surgió un conflicto en la provincia de Sevilla en elecciones, y lo resolvimos, y por obligado cumplimiento tuvieron que aceptar en Sevilla lo que el Consejo Andaluz dijo, y se quedó ahí. Eso es fundamental, porque esa regulación significaría un acatamiento de las normas generales estrictas entre todos y se llevaría a buen fin siempre.
Antonio Aguado subraya que “la relación con la consejera de Salud es magnífica”.
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El presidente andaluz analiza la situación que vive el Colegio de Médicos de Madrid.
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Precisamente este código viene a dar respuesta la posibilidad de que surjan conflictos entre los miembros de una misma junta, como ha ocurrido en Madrid. ¿Cómo ve el Consejo Andaluz el conflicto en la junta de gobierno del Colegio de Madrid? ¿Cuál sería, a su juicio, la solución?
Si le soy sincero, lo vemos con tristeza. Todo hecho que signifique un conflicto dentro de un colegio tiene una repercusión social, mediática y en la sociedad. Creo que ese tema deberían de resolverlo con buena fe desde el primer momento, y siguiendo las directrices que en su momento marcó el Consejo General. No debemos de dar esa imagen. Debemos de dar una imagen de cohesión, de que estamos todos unidos procurando nuestro fin que no es otro que vigilar que haya una buena praxis. Mal ejemplo estamos dando si hay una lucha intestina dentro de un colegio porque todo el mundo lo va a interpretar como un gesto de desunión.
Recientemente el Consejo de Médicos de Cataluña apostaba por cambiar las relaciones entre corporaciones y señalaba que la relación de la OMC con los consejos autonómicos y colegios no debe ser de sumisión. ¿Qué opina al respecto?
No lo puedo entender. Desde Andalucía pensamos de otra forma y no puedo entenderlo. Es curioso porque salió a luz pública el día 9 cuando lo que conmemoramos era la caída del muro de Berlín, la unidad no la separación. No entendemos la separación y ni eso de la sumisión.
No puedo sentir que estoy sumiso al Consejo General de Madrid puesto que yo pertenezco al Consejo General como todos los presidentes de todos los colegios, que somos los que lo formamos. Si existe una jerarquía que debe de existir. Yo soy presidente del colegio de Huelva, y aunque tenga soberanía absoluta para hacer lo que quiera, estoy sometido a unas normas que también me marca el Consejo Andaluz; y como presidente de este último también estoy sometido a unas normas generales que marca Madrid. No es sumisión, puesto que yo formo parte de ese consejo, sino de acatamiento de unas normas de convivencia y de funcionamiento. No lo entiendo.
La OMC ha publicado haces unas semanas un informe sobre la farmacia en el que se propone, entre otras cosas, la liberalización del sector e incide en la competencia de los médicos en la prescripción, y de los farmacéuticos en la dispensación. ¿Está de acuerdo con el informe?
El que yo acate las normas del Consejo General no quiere decir que siempre tenga que compartirlas. El sistema de farmacia actual tiene una garantía enorme para la sociedad. En los pueblos aislados, por ejemplo, de la sierra de Huelva, en una liberación de farmacias sería dificilísimo que hubiera una oficina porque económicamente eso no es rentable. Que pueda haber una liberación quizá sea una seña de cómo puede ir evolucionando todo y quizá tenga que ser así, pero en este tema preferiría pasar de puntillas. Respeto la decisión del Consejo General.
En cuanto a la dispensación, creo que el farmacéutico debe de aconsejar en un momento determinado una forma de medicamento, pero jamás prescribir. La prescripción no llega sola. Llega después haber hecho una historia clínica, unas exploraciones, unas pruebas complementarias y de alcanzar un diagnóstico, un pronóstico y un tratamiento. A una persona el médico no le pone un tratamiento de entrada. Un paciente tiene que seguir esta evolución que le he comentado, y cuando ya tiene un diagnóstico formado, entonces es cuando lo hace. Me duele cuando veo “Consulte usted al farmacéutico”. Para prescribir hay que seguir la serie anterior, y eso, hoy en día, lo tenemos los médicos.
Para finalizar la entrevista, me gustaría preguntarle sobre el proyecto de Ley de Servicios Profesionales. Parece ser que el último borrador no se incluye, en la forma en la que el sector sanitario había demandado, ciertos aspectos como puede ser el régimen de incompatibilidades. ¿Cómo valora este último borrador?
Es una sorpresa. De una forma inmediata iba a salir la ley, pero ¿cuántas veces hemos visto borradores completos? Ha habido muchísimos borradores. Me gusta seguir, de vez en cuando, los distintos borradores y ver en que queda después del trámite parlamentario. Hay veces que no se parece absolutamente en nada. Hay cosas en esta ley que estamos intentando cambiar. En el tema de las incompatibilidades, creo que los médicos deben dedicarse a una cosa con libertad.
Creo que puede ser un poco coaccionante de esa libertad el que estén con unas voluntades económicas de otro tipo. Los sindicatos y los colegios no somos iguales. Nosotros defendemos a la sociedad, la buena praxis; no estamos exclusivamente para defender los derechos laborales de un médico, sino para defender la profesión y su ejercicio. Particularmente, creo que ese trámite parlamentario va a cambiar mucho eso.
Otro tema importante es la territorialidad. El hecho de que un médico se tenga que colegiar una única vez en cualquier colegio puede ser peligroso para la supervivencia de los colegios pequeños. Los que vivimos en colegios pequeños y que estamos al lado de grandes ciudades, en mi caso, el mío es Sevilla; estamos acostumbrados a que tenemos muchos médicos que ya ejercen en nuestros hospitales, que vienen diariamente a trabajar y que están colegiados en otro sitio. Este aspecto puede ser preocupante para el médico cuando, por ejemplo, necesita una asesoría jurídica. El hecho se ha producido en Huelva y tiene que ir a defenderlo el señor de Madrid que es donde él está colegiado. Va a ser tan buen profesional o mejor que el que tengamos nosotros, pero desconoce el sitio, tiene que desplazarse; son una serie de inconvenientes que van a dificultar su labor. Lo ideal sería que el médico siguiese en la situación actual y se colegie donde está ejerciendo su principal trabajo. Esperemos que avance, que salga y que cuando termine podamos ver si del anteproyecto a la ley ha quedado mucho.
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