Un nuevo
caso de violencia de género ha asolado a la sociedad española, harta de su elevado número. En esta ocasión,
el asesinato se ha producido en Maracena, donde un hombre ha acabado con la vida de su pareja, de la que estaba en
proceso de divorcio. La tristeza siempre es mayor cuando se conoce a la víctima, más aún
si eres médico de Atención Primaria y ésta te ha pedido ayuda para escapar del maltrato.
Mónica, médico de Familia, t
rasladaba el pasado martes su desazón en las redes sociales tras no haber podido hacer más por
proteger a la mujer que confió en su equipo médico: "
Mi paciente ha sido asesinada por su pareja. Cuando he oído la noticia he pensado en ella y he confirmado que sí, era ella. Nos pidió ayuda. Ya estaba todo en curso, pero
no hemos logrado protegerla. No hemos sido eficaces. No puedo olvidar la última consulta.
Llorando de rabia".
Un compañero denunciaba la falta de medios que tienen los profesionales de Atención Primaria para abordar estos casos: "La incertidumbre de la consulta. El qué pasará con tal y tal paciente.
No se nos puede pedir que lleguemos a todo, que hagamos todo y de todo en la consulta (y fuera) y encima, no cometamos errores o nos quedemos cortos o nos pasemos en algunas situaciones".
Las muestras de afecto por parte de sus compañeros de profesión también se han multiplicado. Por ejemplo, el usuario Daniel Coello, le trasladaba así su opinión: "Entiendo que es un palo muy grande, lo único que tengo claro es que
tú no puedes cargar con un ápice de culpa por lo que ha hecho un desalmado asesino. El único culpable es el que asesina".
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