Las
condiciones laborales, salariales y la
falta de recursos pueden mermar la
calidad asistencial que ofrecen las
enfermeras. Las quejas y reclamaciones para mejorar estas condiciones son habituales entre el sector. Pero, a la hora de la verdad, “no sacan las garras”. Así de crítica se ha mostrado con su comentario Laura, una
enfermera de Atención Primaria en ‘X’, donde ha resaltado que “no soporta” que haya profesionales que se quejen de la situación que atraviesa la
Enfermería “de puertas para adentro”, pero que luego no tomen ‘cartas en el asunto’ para cambiar la situación.
“Llámalo
falta de liderazgo, desinterés o X, pero solo hay una cosa clara: las cosas no vienen regaladas y quejarte en la cafetería vale de poco”, ha plasmado esta sanitaria en su perfil personal.
Para Laura, toda
la visibilidad que las enfermeras habían conseguido durante la pandemia “se ha perdido” y vuelve a ser una profesión “poco relevante” a los ojos de
políticos y ciudadanos. “¿Qué hemos ganado con tanta difusión? Odio. Porque, en vez de intentar conseguir mejoras salariales, nos hemos dedicado a otras cosas”, ha lamentado.
La “desgana” que presentan algunos de sus compañeros por movilizarse y
mejorar las condiciones laborales le está
pasando “últimamente” factura en su salud mental. Prueba de ello es que ha reconocido que “empieza a entender” las palabras que catalogaban la Enfermería como una profesión que no es “color rosa” ni tiene imágenes “de enfermeras jovencitas”.
Condiciones laborales en Enfermería
Los mensajes con
carácter reivindicativo de esta profesional han llamado la atención a varios enfermeros. La mayoría
dándole la razón y ensalzando sus palabras, y otros, en menor medida, explicando que lo que reclama “es más viejo que la sopa” y que "es muy joven" como para entenderlo.
La solución que propone Laura para conseguir mejorar la situación dentro de Enfermería se centra en la idea de
unirse y contribuir con asociaciones “que están haciendo cosas interesantes por el gremio”. Una idea que ha compartido uno de los profesionales que ha comentado en el hilo, pero que ha reconocido que cuesta movilizarse “una y otra vez” cuando
no se ven los resultados.
“La unión y las fuerzas nos fallan cuando vemos que la cosa no cambia y retrocedemos una y otra vez. Lo que está claro es que hay que seguir batallando”, ha subrayado.
A pesar de que hay un porcentaje de enfermeras que prefieren no movilizarse, también lo hay de aquellas que “luchan” por promover el cambio. Con esta meta por bandera, una de ellas ha reconocido que conseguirlo es “difícil”, pero que dejar de intentarlo sería “su fracaso”. “Debemos seguid buscando caminos para lograrlo”, ha argumentado.
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