MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Los ingresos por ictus se redujeron un tercio en marzo por la pandemia del Covid-19, según una encuesta realizada por la Junta Directiva de la Sociedad Española de Neurología (SEN) en 18 hospitales de 11 comunidades autónomas.
El ictus es la segunda causa de muerte en España (la primera en mujeres), la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda de demencia. Además, tal y como ha informado la organización, cada año entre 110.000 y 120.000 personas sufren un ictus en España, de los cuales un 50 por ciento quedan con secuelas discapacitantes o fallecen.
Ante estos datos, la SEN ha recordado que, independientemente de la situación actual, es "muy importante" que los pacientes no retrasen su llegada al hospital por miedo a utilizar los servicios de Urgencia o acudir a los centros sanitarios.
"Estos datos deben manejarse con cautela y deben confirmarse y analizarse convenientemente. En cualquier caso, es importante recalcar que el ictus sigue siendo una urgencia médica. El retraso en la llegada al hospital para recibir el tratamiento adecuado es uno de los factores que más negativamente influyen en el pronóstico de esta enfermedad", ha dicho la coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN, María Alonso de Leciñana.
Y es que, a pesar de que, actualmente, los hospitales están volcados con la pandemia Covid-19, las enfermedades urgentes, como es el ictus, se siguen atendiendo "exactamente igual y sigue habiendo neurólogos a disposición de todas aquellas personas que necesiten una atención urgente. "Los sistemas de Código Ictus siguen funcionando y cada minuto es vital para reducir la mortalidad, la dependencia y la necesidad de cuidados institucionales en los pacientes con ictus", ha aseverado.
Por ello, la organización ha recordado que sólo un síntoma de ictus "es una urgencia", por lo que ha subrayado la necesidad de que se llame "inmediatamente" al 112 o al 061 ante la primera sospecha o, en el caso de no poder contactar con el servicio, acudir rápidamente al hospital aunque los síntomas desaparezcan a los "pocos minutos".
El ictus se suele manifestar como una pérdida de fuerza repentina de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo; trastorno repentino de la sensibilidad, sensación de "acorchamiento u hormigueo" de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo; y pérdida súbita de visión parcial o total en uno o ambos ojos.
Otros síntomas pasan por la alteración repentina del habla, dificultad para expresarse y ser entendido por quien nos escucha; dolor de cabeza súbito de intensidad inhabitual y sin causa aparente; y sensación de vértigo, desequilibrio si se acompaña de cualquier síntoma anterior.