MADRID, 07 (EUROPA PRESS)
Los cánceres de mama más agresivos almacenan grandes cantidades de energía, lo que le permite propagarse, según una investigación realizada por miembros de la Universidad de Michigan en Estados Unidos, quienes han observado que cambios en el metabolismo podrían ser un objetivo potencial para retrasar o prevenir la metástasis en este tipo de cáncer.
"Nos preguntamos si una célula cancerosa que quiere cambiar su función puede redirigir la energía no porque tome nueva energía sino porque tiene un depósito almacenado de energía potencial", ha explicado Sofia D. Merajver, profesora de medicina interna y epidemiología en la Universidad de Michigan y un investigador en el Centro de Cáncer Rogel de la Universidad de Michigan.
El laboratorio de Merajver examinó los niveles de glucógeno, que representa una colección almacenada de moléculas de glucosa. La glucosa se convierte en energía, que el cáncer utiliza para crecer, propagarse y hacer metástasis. El equipo midió los niveles de glucógeno en líneas celulares que representan cáncer de seno triple negativo, cáncer de seno inflamatorio, cáncer de pecho con receptor hormonal positivo y células de seno normales.
El estudio, publicado en 'Plos One', ha observado que los cánceres agresivos almacenaban glucógeno en cantidades muy grandes, dependiendo del oxígeno disponible. Está en el orden de lo que se almacena en el hígado, un órgano cuya función clave es almacenar el glucógeno.
"Fue sorprendente la cantidad de glucógeno que estas células cancerosas estaban almacenando. Esto significa que el cáncer tiene toda la cantidad de glucógeno lista para descomponerse en moléculas de glucosa cuando surja la necesidad", ha explicado.
Aún más sorprendente, los investigadores encontraron que una enzima que controla la degradación del glucógeno en el cerebro desempeñaba un papel clave en el control del glucógeno en el cáncer de mama. La enzima PYG existe en varias formas, incluido el cerebro y el hígado. PYGB se expresa principalmente en el cerebro.
Los investigadores derribaron PYGB en las células de cáncer de mama y descubrieron que las células no podían usar estas reservas de energía y se volvieron mucho menos agresivas. No vieron el mismo efecto en las células mamarias normales.
"Esta es una forma completamente nueva de ver la plasticidad de las células de cáncer de pecho. Creemos que esta capacidad de cambio, para que las células de cáncer de pecho se reconecten a sí mismas dependiendo de su entorno, es la razón por la cual muchos pacientes se vuelven resistentes a los medicamentos de precisión. Nuestro estudio muestra que una forma en que las células cancerosas hacen esto es creando un depósito de bloques de construcción o energía", ha continuado.
Los investigadores creen que PYGB podría ser un objetivo potencial para tratar o prevenir metástasis de cáncer de seno. Otros estudios explorarán este enlace en modelos animales. Los investigadores también investigarán si los inhibidores de las fosforilasas de glucógeno, que se han estudiado en diabetes y enfermedades cardíacas, podrían retrasar o detener la metástasis del cáncer.