MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
La muerte súbita cardiaca es más común en personas que no hacen ejercicio, tal y como ha puesto de manifiesto un estudio realizado por investigadores del Hospital Bispebjerg de Copenhague (Dinamarca) y que ha sido publicado en el 'European Journal of Preventive Cardiology'.
Las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte a nivel mundial y la prevención es una de las principales prioridades de salud pública. El impacto beneficioso de la actividad física para detener las enfermedades cardíacas y la muerte súbita en la población está bien documentado.
Ante esto, el estudio se centró en el efecto de un estilo de vida activo frente al sedentario en el curso inmediato de un ataque cardíaco, un área con poca información. Los investigadores utilizaron datos de 10 cohortes observacionales europeas, incluidos participantes sanos con una evaluación inicial de la actividad física que sufrieron un ataque cardíaco durante el seguimiento: un total de 28.140 personas.
Los participantes se clasificaron según su nivel semanal de actividad física en el tiempo libre como sedentarios, bajos, moderados o altos. La asociación entre el nivel de actividad y el riesgo de muerte debido a un ataque cardíaco (instantáneamente y dentro de los 28 días) se analizó en cada cohorte por separado y luego se agruparon los resultados.
Los análisis se ajustaron por edad, sexo, diabetes, presión arterial, antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, tabaquismo, índice de masa corporal, colesterol en sangre, consumo de alcohol y nivel socioeconómico.
Un total de 4.976 participantes murieron dentro de los 28 días de su ataque cardíaco, de los cuales 3.101 (62,3%) murieron instantáneamente. En general, un mayor nivel de actividad física se asoció con un menor riesgo de ataque cardíaco instantáneo y fatal en 28 días, aparentemente de una manera similar a la dosis-respuesta.
Los pacientes que habían realizado niveles moderados y altos de actividad física en el tiempo libre tenían un 33 por ciento y un 45 por ciento menos de riesgo de muerte instantánea en comparación con los individuos sedentarios. A los 28 días, estas cifras eran del 36 por ciento y 28 por ciento, respectivamente.
"Casi el 18 por ciento de los pacientes con un ataque cardíaco murieron en 28 días, lo que confirma la gravedad de esta afección. Encontramos un beneficio de supervivencia inmediato de la actividad física previa en el escenario de un infarto, un beneficio que parecía preservado a los 28 días", han informado los investigadores.
Las pautas recomiendan que los adultos sanos de todas las edades realicen al menos 150 minutos a la semana de intensidad moderada o 75 minutos a la semana de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa o una combinación equivalente de los mismos.