MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
La exposición a la contaminación atmosférica durante el embarazo se asocia con un retraso del crecimiento físico en los primeros años de vida, según un nuevo estudio de investigadores del CIBERESP en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación 'la Caixa'.
La investigación, publicada en la revista 'Environment International', se ha realizado en España con más de 1.700 parejas de madres y sus hijos e hijas de las cohortes de Asturias, Guipúzcoa, Sabadell y Valencia del Proyecto INMA-Infancia y Medio Ambiente. Se estimó la exposición a dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas finas (PM2.5) -dos de los principales contaminantes atmosféricos relacionados con el tráfico en las ciudades- durante el primer trimestre de embarazo. Se identificaron las trayectorias del índice de masa corporal (IMC) de los niños y niñas desde el nacimiento hasta los cuatro años. Asimismo, a los cuatro años, se les midió la altura y el peso.
Los resultados indicaron que las mujeres embarazadas que estaban más expuestas a partículas finas durante el primer trimestre del embarazo tenían más riesgo de tener hijos e hijas con un peso y un índice de masa corporal menor a los cuatro años, en comparación con las que estaban menos expuestas. En cuanto al NO2, los resultados fueron similares pero no fueron significativos a nivel estadístico.
"Este estudio prospectivo sugiere que la exposición a la contaminación del aire durante el embarazo puede estar asociada con retrasos en el crecimiento físico en los primeros años de vida después del nacimiento", explica Serena Fossati, investigadora de ISGlobal, del CIBERESP y primera autora de la publicación.
Esto implicaría que "la exposición prenatal a los contaminantes del aire tiene un efecto duradero sobre el crecimiento después del nacimiento y requiere un seguimiento a mayores edades", aunque los mecanismos biológicos por los que la contaminación del aire afectaría negativamente al crecimiento infantil aún no están claros.
"Las hipótesis que barajamos incluyen el estrés oxidativo y la inflamación, lainterferencia con las hormonas tiroideas, un mayor riesgo de enfermedades respiratorias y otros problemas de salud que podrían retrasar el crecimiento e inducir a la muerte celular debido al daño del ADN", comenta Martine Vrijheid, coordinadora del estudio e investigadora del CIBERESP en el ISGlobal.
"Lo que sí que está claro es que los efectos perjudiciales de la contaminación atmosférica se inician ya en la fase prenatal , por lo que las mujeres embarazadas deberían ser consideradas como un colectivo prioritario en las políticas de salud pública encaminadas a reducir la exposición de la población a la polución", concluye la investigadora.