MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Una investigación de la University of Strathclyde (Escocia) estudiará si los períodos prolongados de estar sentado conducen a un aumento de la pérdida ósea y osteoporosis, y si la ruptura del comportamiento sedentario tiene el efecto contrario.
El estudio, que se realizará en un laboratorio controlado y está financiado por la Royal Osteoporosis Society inglesa, se llevará a cabo en colaboración con la Glasgow Caledonian University, también en Escocia, las universidades inglesas de Birmingham y East Anglia y el Baker Heart and Diabetes Institute de Melbourne (Australia).
"El comportamiento sedentario prolongado es un problema importante y creciente para la salud pública, pero su papel específicamente en relación con la pérdida ósea y la osteoporosis no se conoce", ha explicado la líder del estudio, la doctora Alexandra Mavroeidi.
En ambientes extremos, como el reposo total en cama, la pérdida ósea es muy alta. En la vida cotidiana los largos períodos de inmovilidad como este son raros, pero los estilos de vida sedentarios son comunes en la sociedad moderna por el transporte, el trabajo y el ocio.
"Los estudios han demostrado que el comportamiento sedentario autoinformado a lo largo del día es de seis a ocho horas y esto aumenta de ocho a diez horas en adultos mayores. Fuimos los primeros en demostrar que este tipo de comportamiento podría tener un efecto adverso en la densidad mineral ósea de la cadera de las mujeres", ha agregado la investigadora.
La investigación utilizará datos y muestras de sangre que ya se han recopilado en estudios previos de comportamiento sedentario realizados por el grupo de científicos, pero no están analizados.
"También pretendemos examinar los efectos a corto plazo, durante cinco días, en adultos sedentarios sanos, de reducir el tiempo de estar sentado a través de un aumento" de tiempo de pie, ha matizado la doctora Mavroeidi.
Si el estudio de prueba de concepto identifica un efecto significativo del comportamiento sedentario en el metabolismo óseo, promover pausas frecuentes al sentarse podría ser una intervención preventiva posible y simple para la osteoporosis en el futuro.
En última instancia, los hallazgos tendrá el potencial de informar y configurar futuras políticas de salud pública y pautas de actividad física destinadas a mejorar la salud ósea.