MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
Un experto legal de la Universidad de Illinois (Estados Unidos), Urbana-Champaign, ha alertado, en un artículo publicado en la revista 'Science', de los peligros que conlleva para la salud pública las vacunas 'caseras' realizadas por investigadores independientes contra el Covid-19.
A medida que la pandemia del nuevo coronavirus continúa devastando el mundo, varios grupos científicos, fuera de los auspicios de la industria farmacéutica, han estado trabajando para desarrollar y autoevaluar intervenciones médicas no probadas para combatir el Covid-19.
"La 'ciencia ciudadana' invitan a la participación pública. Si bien es importante y tiene una fuerte tradición en Estados Unidos, una vacuna Covid-19 casera es quizás más peligrosa de lo que la gente quisiera creer", ha dicho el experto.
El interés del enfoque de 'hágalo usted mismo' proviene de la creencia errónea de que la autoexperimentación no estaría sujeta a una laboriosa revisión de la junta de ética ni a una regulación federal. Pero ese malentendido tiene implicaciones potencialmente graves para la salud pública, tal y como ha alertado el investigador.
"La gente debe ser consciente de que el hecho de que estén experimentando consigo mismos no lo hace legal sin aprobación. Alguna autoexperimentación puede calificar como investigación con sujetos humanos que debe someterse a una revisión ética, por ley o política institucional. El hecho de que sea autoexperimentación no le da carta blanca", ha añadido.
Asimismo, ha advertido de que la publicación de información médica en Internet, en términos generales, no está regulada por la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés), recordando que todos los posibles productos terapéuticos deben estar regulados por el citado organismo.
"Vivimos en una era de desinformación sobre vacunas. Es una de las razones por las que hemos realizado ensayos clínicos por fases para el desarrollo de vacunas y tratamientos médicos. No se trata solo de averiguar si algo es eficaz o si funciona. También se trata de averiguar la toxicidad grave de la tratamiento, y si ha sido fabricado de tal manera que no dañe a las personas", ha recalcado.
"Aunque muchos científicos ciudadanos parecen tomar en serio las responsabilidades éticas asociadas con sus actividades, es importante reconocer que esas responsabilidades se amplían cuando la salud pública está en juego, como con el desarrollo de la vacuna Covid-19. El hecho de que haya una lista de instrucciones en Internet creada por una gran cantidad de científicos respetados y bien capacitados no significa que algo no pueda salir mal", ha zanjado.