Profesionales sanitarios coinciden al romper tabúes acerca de formarse en ambos sectores

Enfermeros y 'fisios' formados en pública y privada: "Un estigma absurdo"
Luis Castellanos y Pablo Alonso.


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Estudiar en una universidad privada una carrera de Ciencias de la Salud a menudo se asocia con una mayor atención personalizada, una enseñanza multidisciplinar y mejores oportunidades laborales al finalizar los estudios. Sin embargo, en algunos casos, los estereotipos prevalecen sobre la realidad en sectores profesionales específicos como los sanitarios.

Esto puede observarse a través de las experiencias de dos profesionales cuyos campos de trabajo están siendo especialmente relevantes debido a la nueva Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios, que otorga por primera vez a enfermeras y fisioterapeutas la capacidad de prescribir ciertos medicamentos dentro de sus competencias.

Luis Castellanos, fisioterapeuta en Fraternidad-Muprespa, ha podido desarrollar su carrera en el ámbito público tras formarse en una universidad privada. Según cuenta, “la principal diferencia que he notado entre la educación en universidades públicas y privadas es el trato más personalizado que se recibe en las privadas, debido a grupos más reducidos”. Sin embargo, aclara que en cuanto a exigencia y nivel académico no existe diferencia alguna. “Al entrar al mundo laboral, no he recibido ningún trato preferencial”, añade.

Por otro lado, Pablo Alonso, enfermero formado en una universidad pública y actualmente trabajando en la sanidad privada de Sevilla, nunca ha experimentado discriminación por haber estudiado en la pública. “En absoluto, tengo muchos compañeros enfermeros que, a diferencia de mí, se formaron en universidades privadas y no han tenido problemas para encontrar empleo”, asegura.

Ambos coinciden en que, más allá de la formación, lo que realmente marca la diferencia es la experiencia profesional y la capacidad para adaptarse a las exigencias del sector.

¿Diferencia de trato?


“En el ámbito fisioterapéutico no creo que se tenga en cuenta si vienes de un sitio o de otro”, opina Castellanos. “Quizás en los médicos sea diferente, al ser profesiones con mayor responsabilidad”.

Es aquí donde adquieren peso las palabras de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que levantó ampollas en el sector privado al señalar hace unas semanas que los médicos que estudian y se forman en las universidades privadas “no ofrecen garantías”.

El estigma es absurdo para quien se sienta perjudicado por haber estudiado en la privada y como yo, este trabajando en el sector público”, resalta el fisioterapeuta. “Nunca me he sentido menos o más que nadie. Es cierto que algunos pacientes se han interesado por nuestra formación, pero nada más lejos que para tener una referencia del profesional que les trata”.

Para Alonso, no existe un estigma o diferencia de trato hacia sanitarios que se han formado en la pública frente a los que se han formado en privada. “Pese a lo que opina la gente, en la sanidad pública se cuenta con más recursos, tanto de material sanitario, fungibles, material quirúrgico, más personal…etc. Lo que puede favorecer la formación de los universitarios que cursan la enfermería en este sector”, señala.

Compaginar los dos sectores


“En el sector profesional, al final acabamos siendo los mismos unos que otros”, señala el fisioterapeuta. “Hay muchos médicos que trabajan en el hospital que luego pasan su consulta privada en otro centro”. “Es aquí donde se desmonta el mito de si vas a la privada te van a tratar mejor porque al final la mayoría de pacientes comparten especialistas”.

En este sentido, el enfermero cuenta que, desde su experiencia, “la mayoría de enfermeros jóvenes que conozco compaginan la privada con la pública, es decir, trabajan en los dos sitios a la vez”. La justificación suele ser que el tipo de contratos que ofrece la sanidad pública no aporta ningún tipo de estabilidad, porque son contratos eventuales que pueden ser “hasta de días o semanas”.

En relación al sistema público, Alonso señala que “da igual si has estudiado en la universidad pública o privada porque la contratación se rige por puntos de bolsa de trabajo, que se consiguen haciendo cursos y másteres, o por puntos conseguidos por oposición, siendo un sistema totalmente imparcial”.

“Al contrario, si es cierto que, estudiando en la privada, puedes hacer prácticas sanitarias en hospitales o clínicas privadas cuya contratación es más directa”. “Si tienes ciertos contactos, al final es más fácil”, opina el enfermero. “Desde mi experiencia, la otra alternativa que queda es la privada, aunque se gane hasta una diferencia de 500€ menos y el ratio enfermero/paciente sea bastante peor que en los hospitales públicos”, refleja.

“Al final, el trabajo en cada servicio es muy diferente y estamos obligados a adaptarnos rápido para poder ofrecer la mejor atención a nuestros pacientes”, opina. Los dos profesionales coinciden en que al final, el desempeño de cada profesión es algo que afecta a todos, “independientemente de si hemos estudiado en una universidad pública o privada”.
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