MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha defendido que el movimiento antivacunas no es "cuantitativamente" un problema en la sociedad, pero que "cualitativamente" es un "síntoma peligroso". "La ciencia no nos da verdades absolutas pero sí las mejores explicaciones. Sin la ciencia estamos ciegos. Sin la ciencia retrocederemos siglos", ha defendido en redes sociales.
En este sentido, ha vinculado la "ola política reaccionaria" de los últimos años con "un relato anticiencia". "Desde Trump y el primo de Rajoy sobre el cambio climático hasta los Cayetanos y las mascarillas hay indicios de crecientes y peligrosos movimientos anticiencia. Eso no significa que la supersitició sea una cosa de derechas. La tradición de la izquierda peca muchas veces de 'funcionalismo' y tiende a ver conspiraciones muy rápidamente también. En este sentido la ciencia y la investigación científica va más allá de las ideologías", señala.
Citando datos del Wellcome Global Monitor en 2011, el ministro ha señalado que en España más del 70 por ciento de los ciudadanos está "muy de acuerdo" con que las vacunas son importantes para los niños. "El contraste con Francia, con apenas un 50 por ciento, es notable. Eso sí, se intuyen bolsas importantes de escepticismo que deberían preocuparnos", ha apuntado.
Según Garzón, ocurre "algo similar" ocurre con la idea de que las vacunas son efectivas. "Más del 60 por ciento de la población española está "muy de acuerdo" con la afirmación. En Francia es un 30 por ciento. En esta pregunta el escepticismo crece respecto a la anterior", indica. Sobre la seguridad de las vacunas, "de nuevo demasiado escepticismo pero con datos de confianza muy altos en España (más del 60 por ciento está "muy de acuerdo") respecto a otros países desarrollados", añade.
"En general, si incluimos a todos los países en la fotografía sobre la 'seguridad' de las vacunas, vemos que hay mucha heterogeneidad entre las poblaciones. Una de las causas es el vínculo que existe entre confianza en Gobierno (o instituciones) y confianza en la ciencia (o expertos en general). Parece que a mayor desconfianza en el gobierno, mayor desconfianza en la ciencia (o en las vacunas seguras)", argumenta Garzón.
El ministro insiste en que las sociedades modernas "se han cimentado sobre la ciencia y la lucha contra la superstición". "Han sido siglos de batallas culturales y políticas que no han cesado aún. Pero la clave es cómo esas victorias se han 'institucionalizado'. El caso es que la clave es cómo se institucionalizan los "avances"", detalla.
Al respecto, explica que las sociedades moderans "han creado programas educativos, reglas y normas para consolidar esa forma de pensar la ciencia". "Los gobiernos, como institución, deben velar por transmitir esos valores en todas partes y a todo el mundo. Es una forma de preservar los avances y consolidar el conocimiento alcanzado. Por eso la ciencia se institucionaliza (se encarna en institutos, colegios, medios, etc) y por eso la sociedad y la ciencia aguantan a pesar de las olas de superstición en la población", expone. Sin embargo, advierte de que esas olas "pueden llegar a desbordar las instituciones. las olas de superstición y anticiencia pueden devenir en problema muy serio para las instituciones y la sociedad".