MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Expertos de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), instan a los países a llevar a cabo políticas que reduzcan las desigualdades en cáncer, ya que los resultados de esta enfermedad se ven "muy afectados" por factores socioeconómicos.
Así se han pronunciado los investigadores de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) Mohamed El Amine Youcef Ali, Wilma Nusselder, Elisabete Weiderpass, Marilys Corbex, Freddie Bray y Salvatore Vaccarella en un artículo publicado en el Boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una revista mensual de salud pública de la propia OMS.
"Los responsables de la formulación de políticas y los líderes políticos deben reconocer y priorizar las desigualdades socioeconómicas en el cáncer como un problema de salud pública mundial, especialmente en entornos donde las disparidades sociales y económicas están aumentando", han alertado.
Se apoyan en un estudio realizado por algunos de ellos en 2022 y que informa de que alrededor de un tercio de las muertes por cáncer de hombres y un sexto de las de mujeres en Europa están asociadas a una posición socioeconómica más baja; si bien esta proporción puede aumentar hasta la mitad y un cuarto, respectivamente, en los antiguos países soviéticos del Báltico y Europa del Este.
De hecho, las diferencias en la mortalidad por cáncer entre países se explican en gran medida por la marcada heterogeneidad geográfica en las desigualdades socioeconómicas. Es muy posible que la situación sea similar o peor fuera de Europa, sobre todo en los países sin cobertura sanitaria universal (CSU), aunque la magnitud de las desigualdades en los resultados del cáncer dentro de los países aún no se ha medido en la mayor parte del mundo, incluidos muchos entornos de ingresos altos. Por tanto, en el escrito, los expertos reclaman que los avances y las innovaciones en las intervenciones preventivas y curativas sean "accesibles para todos".
Las desigualdades socioeconómicas afectan cada vez más a las mujeres, como demuestra el notable aumento de la mortalidad por cáncer femenino registrado en las últimas décadas entre las mujeres socioeconómicamente desfavorecidas, incluso en países con una sólida tradición de bienestar y políticas igualitarias, como los países nórdicos.
No se espera que estas desigualdades en el cáncer mejoren a corto plazo, dado que el cáncer ya está afectando de forma desproporcionada a más mujeres que hombres entre las cohortes más jóvenes. Por ejemplo, dos tercios de todos los cánceres que se producen en el mundo entre los 20 y los 49 años afectan a mujeres, siendo el cáncer de mama, de tiroides y de cuello uterino los que más contribuyen a ello.
Aunque los factores sociales y económicos determinan los resultados del cáncer, los diagnósticos y las muertes por cáncer pueden tener importantes consecuencias sociales y económicas. Por ejemplo, se calcula que las muertes por cáncer entre las mujeres jóvenes (de 15 a 54 años) provocan alrededor de un millón de huérfanos maternos en todo el mundo, lo que perpetúa el ciclo de desigualdad.
Estos resultados ponen de manifiesto la creciente repercusión de las desigualdades socioeconómicas y de género en las personas y las sociedades, y los retos que plantea la consecución de la Salud para Todos. "Por lo tanto, el Manifiesto del Consejo de la OMS sobre la Economía de la Salud para Todos, publicado en 2021, es oportuno y bienvenido", reconocen estos expertos.
A su juicio, "el manifiesto trasciende el principio original de que la salud es un derecho humano fundamental, haciendo hincapié en que la salud debe ser del más alto nivel posible y accesible para todos".
El informe sitúa la salud y el bienestar en el centro de la forma de entender el propósito, el valor y el desarrollo, y considera la financiación de la salud una inversión y no un gasto. "Reitera el papel esencial de la CSU, al tiempo que reconoce la necesidad de comprometerse con los líderes económicos y financieros, y también establece que una población sana debe ser el objetivo último de la actividad económica", han recordado.
INVERSIONES INSUFICIENTES
Sin embargo, lamentan que las inversiones primarias y la atención prestada a la vigilancia y a las estrategias de investigación y prevención para reducir estas desigualdades "siguen siendo insuficientes". "La financiación de la investigación sobre el cáncer dista mucho de estar en consonancia con el nivel de carga del cáncer y las necesidades relacionadas con las desigualdades en este ámbito, y los estudios y las medidas de intervención rara vez están diseñados para reducir la brecha de las desigualdades", recalcan en su escrito.
Los métodos de recopilación de datos que garantizan la comparabilidad de datos armonizados y estandarizados entre poblaciones son vitales para identificar grupos sociales concretos en países y regiones específicos que corren un mayor riesgo de desarrollar cáncer o morir por esta enfermedad.
Unas inversiones suficientes pueden servir para fundamentar intervenciones específicas basadas en pruebas, garantizar una asignación óptima de los recursos y permitir una atención oncológica equitativa y accesible de alta calidad.
Por ejemplo, el 'Registro Europeo de Desigualdades en Cáncer', una iniciativa del Plan Europeo 'Vencer al Cáncer', es "un buen punto de partida para medir y abordar las desigualdades en cáncer en Europa", según los expertos. Recuerdan que la experiencia de la pandemia de enfermedad por coronavirus ha demostrado lo importante que es para los países invertir en los sistemas sanitarios abordando los determinantes sociales de la salud y las desigualdades sanitarias existentes.