MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) potencia sus líneas en metástasis y reparación del ADN con la creación de tres nuevos grupos de investigación, que lideran los investigadores Felipe Cortés, Eva González Suárez y Solip Park, se suman a la cantera de más de 400 científicos que componen el Centro para potenciar los programas básicos y traslacionales de Oncología Molecular y Biología Estructural.
Felipe Cortés llega al CNIO para dirigir el Grupo de Topología y Roturas de ADN, potenciando así una de las fortalezas del CNIO, el estudio del papel del daño en el ADN en el origen del cáncer, área de investigación en la que el CNIO tiene un gran prestigio internacional. El grupo de Cortés se centrará en el estudio de las topoisomerasas, unas enzimas que normalmente participan en la organización del genoma, pero cuyo funcionamiento puede dar lugar a daños en forma de roturas del AND.
"En el CNIO tendremos el ambiente ideal para trasladar nuestros descubrimientos sobre el funcionamiento y organización del genoma a contextos más fisiológicos de procesos tumorales y su tratamiento", explica. Además, la interacción con grupos de otros programas "nos puede ayudar a dar un enfoque más clínico a nuestras investigaciones", ha señalado.
La incorporación de Eva González Suárez liderando el Grupo de Transformación y Metástasis, potenciará otra de las líneas estrellas del CNIO: el estudio de la metástasis. El objetivo de González Suárez es la identificación de nuevas terapias para el tratamiento del cáncer de mama y otros tumores sólidos.
Uno de los objetivos es verificar si los inhibidores de la vía de RANKL -que ya se están utilizando contra metástasis óseas en pacientes de cáncer- podrían ser eficaces también para prevenir y tratar estos tumores, reduciendo la aparición de metástasis y la mortalidad. Al igual que Cortés, González Suárez ha conseguido uno de los prestigiosos proyectos de investigación ERC Consolidator Grant, que traslada al CNIO.
"Nuestro objetivo es desgranar los mecanismos por los que estas y otras proteínas regulan la iniciación y progresión tumoral, y explotarlo para desarrollar nuevas terapias capaces de disminuir la mortalidad por cáncer. Por otro lado, nuestro laboratorio trabaja en la identificación de mecanismos de resistencia a quimioterapia y otros tratamientos que se utilizan actualmente en la clínica", señala.
Solip Park liderará el Grupo de Genómica Computacional del Cáncer para estudiar por qué los genes relacionados con el cáncer -tanto los promotores como los supresores de tumores- no tienen un comportamiento similar en los diferentes tipos tumorales. "Por ejemplo, PTEN es uno de los supresores tumorales más conocidos en muchos tipos de cáncer", explica, "pero su mecanismo de acción puede cambiar en los diferentes tipos, debido a las características genéticas particulares de cada paciente".
Park buscará variantes genéticas de pacientes que ayuden a explicar estas diferencias. Para ello, realizará análisis de muestras de tumores a gran escala utilizando métodos computacionales y, más adelante, ampliará esta idea a nivel poblacional. "Por ahora, más del 80% de los datos genómicos pertenecen a europeos. Las variantes específicas de otras poblaciones son muy importantes para entender por qué el cáncer incide de manera diferente entre ellas".
El enfoque de su grupo se enmarca dentro de las nuevas estrategias para interpretar los procesos biológicos de manera global, como los complejos sistemas que en realidad son: ya no basta, por ejemplo, con estudiar un solo gen -en profundidad, pero de manera aislada-, sino de analizar también las relaciones que establece con otros genes, cómo es afectado por el resto del genoma o por el entorno, etc.
Por otro lado, el CNIO potencia su Biobanco con la incorporación de Eva Ortega-Paíno como jefa de la Unidad. Ortega tiene más de 25 años de experiencia en industria, academia y sector sanitario. En los últimos siete años, su campo se ha centrado en la gestión científica, trabajando en Suecia en Programas Estratégicos de Innovación, así como para la red nacional sueca de Biobancos BBMRI.se, ahora Biobank Sverige. Ortega-Paíno ha coordinado la región de Escania para esta red y ha participado en grupos de trabajo en el consorcio europeo BBMRI-ERIC.
"Vuelvo a Madrid con energías renovadas para colocar al Biobanco CNIO al frente de los biobancos no solo nacionales, sino también internacionales, y convertirlo en un referente para la investigación en cáncer", explica. Para ello, proporcionará asesoramiento a los investigadores en cuestiones tanto regulatorias como de gestión y calidad de muestras, y les facilitará el acceso a muestras de calidad mediante la colaboración, entre otros actores, con la Red Nacional de Biobancos, en la que el Biobanco CNIO ha tenido un papel crucial desde su formación.
"Mi meta final es conseguir que el proceso de obtención de muestras humanas se agilice, para que se traduzca en una investigación eficaz y con marca de calidad superior, que revierta en un futuro cercano en el bienestar y la salud de la sociedad", concluye.