Fernando Osorio y Carlos Hoyo, director médico y director general de Galapagos España.
21 oct. 2020 16:00H
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Galapagos, que cuenta con 20 años de recorrido y más de 1.000 empleados en todo el mundo, inicia su andadura en España para ofrecer nuevas opciones de tratamiento a los pacientes españoles con necesidades médicas no cubiertas, en áreas terapéuticas como la inflamación y la fibrosis. Galapagos ha ubicado en Madrid su sede española, sumándose así a los nueve países en los que la biotecnológica está ya presente. Con sede central en Bélgica, la compañía cuenta además con tres centros de investigación en Europa.
“Es un placer para mí liderar en España la transformación de Galapagos en una compañía integral. Además de mantener nuestros esfuerzos en investigación, hemos dado el paso de comercializar nuestros tratamientos. En este sentido, España ha sido uno de los primeros países elegidos para su expansión”, afirma Carlos Hoyo, director general de la filial española. “Empezamos en este 2020 y ya hemos creado un equipo de 25 personas. Pero esto es solo el principio, prevemos más incorporaciones y esperamos cerrar 2021 con 50 personas”, subraya Carlos Hoyo.
La I+D es el eje central de la compañía, de hecho, el 80% de los empleados de Galapagos trabaja en este área. Desde 1999 la compañía ha invertido un 78% de los gastos operacionales en I+D y ha sido capaz de sintetizar más de 40 moléculas preclínicas propias, candidatas al desarrollo clínico.
“Nuestra forma de investigar es clave para lograr nuestro objetivo de ofrecer tratamientos innovadores y contribuir así a mejorar la calidad de vida de los pacientes españoles. Nuestro lema es pioneering for patients”, añade el director general.
Plataforma de Descubrimiento de Dianas
El objetivo de Galapagos es investigar para encontrar medicamentos con nuevos mecanismos de acción que traten la raíz de las enfermedades y no solamente los síntomas. Para ello, han desarrollado una plataforma de investigación propia que sitúa a la compañía a la vanguardia de la biotecnología.
Fernando Osorio, director médico de Galapagos España, explica en qué consiste esta plataforma pionera que lleva ya 20 años en funcionamiento. “Nosotros trabajamos con muestras de células humanas de pacientes enfermos. Los genes de estas células pueden expresar de manera defectuosa una serie de proteínas que pueden provocar inflamación. A lo largo de estos años de investigación lo que hemos hecho ha sido desarrollar un ‘catálogo’ de más de 6.000 adenovirus que introducimos en estas células humanas de pacientes enfermos con el fin de ‘silenciar’ determinados genes”, detalla.
De esta forma, continúa, “descubrimos aquellas proteínas que están jugando un papel clave en la causa de la enfermedad. A estas proteínas las llamamos dianas. A continuación, trabajamos para desarrollar pequeñas moléculas, es decir, potenciales medicamentos, que ralenticen o supriman las proteínas ‘diana’, con el objetivo de abordar directamente la raíz de la enfermedad y no sólo sus síntomas”.
Áreas terapéuticas prioritarias
La Plataforma de Descubrimiento de Dianas es lo que ha permitido a Galapagos desarrollar una molécula que ha recibido recientemente la aprobación de la Comisión Europea como una nueva opción terapéutica para los pacientes de artritis reumatoide, y que será comercializada en Europa por Galapagos en colaboración con su socio Gilead Sciences. “Ya estamos trabajando para que llegue pronto a los pacientes españoles”, afirma Carlos Hoyo.
Se trata de un fármaco oral, de una toma diaria, y es un inhibidor preferente de JAK1, una vía de señalización celular. Los inhibidores JAK son pequeñas moléculas capaces de atravesar la membrana de las células e inhibir de forma más o menos específica diferentes vías de señalización, implicadas en enfermedades como la artritis reumatoide.
La artritis reumatoide (AR), según la Sociedad Española de Reumatología, es una patología autoinmune sistémica, de carácter inflamatorio y crónico. Afecta principalmente a las articulaciones, aunque con posterioridad se extiende y puede dañar el cartílago, los ligamentos, la cápsula articular y el hueso. Asimismo, la inflamación puede provocar que otros órganos como el corazón, los pulmones, los riñones, la piel y los ojos, entre otros, se vean afectados. Si no recibe un tratamiento adecuado suele evolucionar a una destrucción articular, una alteración de las funciones físicas e incrementar la mortalidad. En España, cerca de 300.000 adultos2 sufren artritis reumatoide. La mayor incidencia se da en mujeres entre los 50 y 60 años, lo que provoca una discapacidad severa en una proporción importante de personas en edad laboral activa, sumado a una disminución de la calidad de vida.
Además de los avances en artritis reumatoide, “la investigación de Galapagos se centra principalmente en enfermedades inflamatorias y fibrosis pulmonar: dos moléculas en proceso de desarrollo han mostrado resultados muy prometedores para los pacientes y actualmente se encuentran en una etapa avanzada de la investigación”, concluye Fernando Osorio.
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