Pablo Crespo, secretario general de Fenin.
El
sector de la tecnología sanitaria ve con buenos ojos la reserva estratégica de productos sanitarios que estará incluida en la
nueva Ley de Industria que está preparando el Gobierno de España. El objetivo de la misma es "asegurar el suministro de recursos de primera necesidad o de carácter estratégico" y, sin duda, los sanitarios y farmacéuticos entran en este grupo. No obstante, la
planificación será clave para el éxito de este repositorio.
"Nuestro país necesita una
apuesta por la industrialización para reducir nuestra
dependencia de otros mercados, por tanto, toda iniciativa que facilite incrementar nuestras capacidades productivas es muy positiva y todos los sectores debemos implicarnos para
apoyarla e impulsarla", sostiene Pablo Crespo, secretario general de la
Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), en declaraciones a
Redacción Médica.
En este sentido, consideran que
la propuesta normativa debe prestar "especial atención" a la tecnología sanitaria, como
"sector esencial y estratégico": "Nuestro sector aporta al
Sistema Nacional de Salud (SNS) productos de primera necesidad para el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes".
De hecho, esta idea lleva años coleando tras la pandemia del
Covid-19, cuando se vio la necesidad de
controlar los problemas de suministro de productos de carácter estratégico en condiciones de excepcionalidad. En palabras de Crespo, la situación vivida por el coronavirus puso de manifiesto la relevancia de
contar con una industria propia y la necesidad de impulsar la creación de un tejido industrial para hacer un país más resiliente y preparado para estas crisis sanitarias.
¿Cómo debería ser la reserva de productos estratégicos?
Aunque la creación de esta reserva les convence, creen que para que
sea eficaz y eficiente se necesita "una planificación estratégica de la
tecnología sanitaria que permita seguir mejorando la atención a los pacientes y dar respuesta a situaciones excepcionales". "Disponer de una reserva estratégica de productos sanitarios es útil, pero plantea retos como la
gestión de los stocks, las caducidades, la incorporación de la innovación, la determinación de qué productos son los que deben o no deben formar parte de ella", indica Crespo.
Por lo tanto, desde Fenin señalan que con
visión y planificación España tendrá un entorno favorable para la inversión de las empresas de tecnología sanitaria. Lo que quiere decir que se abrirá la puerta a que haya más empresas, más fabricación, más innovación, más talento, más capacidades. En definitiva, se hará a España más competitiva frente a países de nuestro entorno. Sin embargo, esto no se podrá lograr
sin el máximo diálogo y la colaboración institucional de todos los actores.
"Impulsar la capacidad industrial en España es
indispensable, improrrogable y estratégico. Sin duda, se trata de una necesidad que deberíamos marcar como una prioridad para nuestro país", sostiene el secretario general de la federación. "No es fácil encontrar sectores que tengan tanto impacto social como el de tecnología sanitaria. Nosotros hacemos posible ese milagro que sucede cada día en los hospitales, que millones de pacientes cuenten con los equipos de diagnóstico y los
productos para el tratamiento de los pacientes, mejorando su salud y calidad de vida. Por todo ello, somos un sector esencial debe contar con una apuesta pública y política de desarrollo, de industrialización, de generación de valor, empleo de calidad y riqueza para nuestro país", concluye.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.