El republicano Donald Trump.
Los llamados ‘estados bisagra’, aquellos en los que el voto es más volátil, han terminado por inclinar la balanza de las
elecciones de EEUU en favor de
Donald Trump, que volverá a tener en sus manos la llave de la Casa Blanca. El mandatario republicano, quien desde mucho antes de que concluyera el escrutinio ya daba por segura su victoria frente a Kamala Harris, se asoma a una nueva legislatura en la que pondrá el punto de mira sobre el control del coste de salud y farmacéutico y una
Ley de Asistencia Sanitaria Asequible (el ‘
Obamacare’) que insiste en “erradicar”.
Durante la larga carrera hacia la Casa Blanca, el que ya fuera presidente de EEUU entre 2017 y 2020 ha hecho alusión a la necesidad de avanzar hacia una “atención sanitaria mucho mejor” alejada del
‘Obamacare’ que la administración de Barack Obama promulgó en 2010 con la intención de ampliar la cobertura médica y promover que todos los individuos, o al menos una amplia mayoría,
dispusieran de seguro.
La norma no estuvo exenta de detractores que advirtieron en ella un incremento de las primas de los seguros en algunos segmentos de la población. Ese es el sentir que ha ‘explotado’ durante los últimos meses Trump, quien tilda el ‘Obamacare’ y el
‘Medicaid’ sobre el que se fundamenta (dirigido a expandir la cobertura sanitaria a nivel nacional) como un lastre para el sistema de salud estadounidense. De hecho, el republicano ya impulsó durante su primer mandato la derogación de parte de la norma que exigía la
obligación de disponer de seguro médico bajo amenaza de multa.
Por el contrario, el magnate defiende un
sistema más “asequible” en el que prime la competitividad entre los seguros, se reduzca la burocracia y se controle el gasto público. “Los costes de la sanidad y de los medicamentos recetados están fuera de control”, llegó a advertir Trump en un reciente careo con Kamala Harris.
De hecho, los conservadores han abogado por favorecer la
privatización parcial de otro de los pilares de la sanidad estadounidense, el ‘Medicare’ (que permite la cobertura de mayores de 65 años) a través de una fórmula que permitiría a los beneficiarios obtener cobertura a través de aseguradoras. En su programa electoral, Donald Trump deslizo en cualquier caso la necesidad de que la tercera edad "reciba la atención que necesita
sin tener que soportar costes excesivos".
Aborto y crisis de opioides
Más incómodo es para el Partido Republicano el debate relativo al aborto, un asunto por el que Trump ha tratado de pasar desapercibido durante la presente campaña electoral pese a su idea inicial de ser más restrictivo y encorsetar la financiación de programas de
interrupción voluntaria del embarazo. La decisión podría depender de cada Estado.
En cuanto a la crisis del
fentanilo, opioide que solo en 2022 acabó con la vida de más de 100.000 personas, según datos del National Institute on Drug Abuse, el equipo de Trump ha tratado de dirigir el foco hacia los cárteles mexicanos y se ha mostrado partidario de reforzar el control de fronteras y
endurecer las penas para los delincuentes.
Un antivacunas, ¿responsale de sanidad de EEUU?
El propio Trump ya anunció este mismo octubre su intención de poner al frente de la sanidad de Estados Unidos a
Robert F. Kennedy Jr (sobrino del expresidente Kennedy), abogado
antivacunas al que dejará “libertad” para asumir el control de las principales agencias de salud del país, entre ellas los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
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