El abogado Robert F. Kennedy Jr.
Donald Trump ha escogido a
Robert F. Kennedy Jr. para ejercer de secretario del
Departamento de Salud y Servicios Humanos estadounidense. La designación no ha sido una sorpresa en tanto en cuanto el presidente electo de los Estados Unidos ya lo había deslizado tras imponerse en las urnas recientemente a la demócrata
Kamala Harris. Hijo de Bobby Kennedy y sobrino del expresidente
John Fitzgerald Kennedy, el que será hombre de Trump para dirigir la sanidad norteamericana es abogado ambientalista y un declarado antivacunas.
La designación de
Kennedy Jr. como responsable de la sanidad de Estados Unidos, que todavía tiene que ser refrendada por el Senado, era también un secreto a voces desde que el propio abogado, que había presentado su candidatura a las primarias demócratas antes de apoyar a Trump, colocada en su perfil de X una fotografía suya saludando al entonces candidato republicano con el eslogan
Make America healthy again.
“Durante demasiado tiempo los estadounidenses han sido aplastados por el complejo industrial de alimentos y las compañías farmacéuticas”, ha lamentado el
próximo inquilino de la Casa Blanca. Según ha dicho, la figura de Kennedy Jr. al frente del Departamento de Salud y Servicios Humanos servirá para “ayudar a garantizar que todos están protegidos de los productos químicos, nocivos, los contaminantes, los pesticidas, los
productos farmacéuticos y los aditivos alimentarios que han contribuido a la abrumadora crisis de salud” en su país.
Declarado antivacunas
Kennedy Jr. fundó en 2007
Children’s Health Defense, una organización que se centra a denunciar supuestas prácticas nocivas en la
industria farmacéutica y la producción de vacunas.
No obstante, parte de la comunidad científica considera a la entidad un nido de
desinformación sobre vacunas. Es cierto que el abogado lleva años siendo relacionado con diversas conspiraciones en ese sentido, al respecto de lo cual llegó a afirmar que hay vacunas aprobadas en el ámbito público sin que se haya debatido convenientemente sobre sus riesgos.
Más allá de ello, Kennedy ha prometido ser un “servidor público honesto”: “Juntos acabaremos con la corrupción, con la puerta giratoria entre la industria y el Gobierno, y vamos a devolver a nuestras
agencias de salud su rica tradición de ciencia basada en evidencias y de referencia”.
Pese a la promesa de buenas intenciones, en el
Ministerio de Sanidad español, el nombramiento no ha sido bien acogido. El secretario de Estado,
Javier Padilla, ha compartido la noticia en X y se ha pronunciado al respecto en estos términos: “No queremos ver lo que esto puede suponer en un país con los malos indicadores de salud que tiene EEUU”.
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