Una persona anciana recibe la vacuna contra el Covid-19.
La mortalidad entre los ancianos que vivían en residencias con profesionales no vacunados ha sido hasta
tres veces más alta que en aquellos centros donde todo el personal sanitario había sido vacunado. Así lo demuestra un estudio publicado en la revista
New England Journal of Medicine, el cual recoge más de 12.000 centros de todo Estados Unidos analizados entre junio y agosto de 2021.
Según la investigación, el porcentaje de decesos habría aumentado hasta tres veces (el 83 por ciento de los casos) en las residencias con una menor tasa de vacunación de su personal. Unos datos que contrastan con el
31 por ciento de muertes registradas en las residencias donde los trabajadores sí contaban con al menos una dosis contra el Covid-19.
La investigación, llevada a cabo por la
Escuela de Medicina de Harvard y la Universidad de Rochester en Nueva York en 12.364 centros, señala además cómo las
tasas de contagios también son mucho mayores en las residencias donde el personal no estaba vacunado. En concreto, el estudio presenta hasta el doble de contagios entre las residencias cuyo personal no estaba vacunado, independientemente de que los ancianos sí contarán con alguna dosis contra la Covid-19.
¿Cuántas muertes se podrían haber evitado?
Según señala el
modelo de análisis planteado por los investigadores, se estima que
se podrían haber evitado unas 703 muertes relacionadas con Covid-19 en los centros de ancianos cuyo personal no se había vacunado, así como unos 4.775 casos de coronavirus entre los propios residentes y otros más de 7.000 casos entre el personal.
Unos datos que corresponden a la muestra analizada y a los que los investigadores añaden la mayor vulnerabilidad de las personas mayores, pues cualquier enfermedad sería más grave para ellos.
De este modo, los resultados del estudio ejemplifican hasta qué punto la vacunación del personal sanitario protege a los residentes de hogares de ancianos, particularmente en comunidades con alta transmisión de Covid-19. En el caso norteamericano, la relevancia de estos datos ha llevado al Gobierno de
Joe Biden a obligar a los trabajadores de los centros sociosanitarios a vacunarse de forma obligada, una medida que actualmente está suspendida por orden federal.
Residencias en España
En el caso español, aunque
la vacuna no es obligatoria, las dosis contra el Covid-19 están priorizadas tanto para el personal sanitario como para los trabajadores de las residencias de mayores. Es por ello que, los trabajadores de residencias que no están vacunados, deben realizarse Pruebas de Detección de Infección Aguda mínimo dos veces por semana, pudiéndose además valorar su cambio de puesto de trabajo.
Una medida a la que muchas regiones suman en las últimas semanas la
obligatoriedad de presentar el certificado covid o un resultado negativo en antígenos para acceder a las residencias sociosanitarias. Con casi el 90 por ciento de la población vacunada con pauta completa, actualmente España trabaja en la inoculación de la tercera dosis, que ya ha mostrado sus beneficios contra las últimas variantes como la Ómicron.
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