Promover poblaciones más saludables y reducir el gasto ineficaz podrían allanar el camino para conseguir este porcentaje

Los cuatro puntos de la OCDE para que el PIB sanitario alcance un 10,6%
Mathias Cormann, secretario General de la OCDE.


12 ene. 2024 11:30H
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POR EVA IGLESIAS
La sostenibilidad financiera de los sistemas de salud se enfrenta a un desafío urgente que, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), requiere cambios de políticas ambiciosos y transformadores que permitan abordar las necesidades adicionales de financiación. Acciones enérgicas, orientadas a promover poblaciones más saludables y reducir el gasto ineficaz, podrían allanar el camino para que el gasto sanitario alcance un 10,6 por ciento del PIB de manera más sostenible en 2040 (actualmente en España se fija en un 7,8 por ciento). Para ello, la OCDE considera que son cuatro las opciones de políticas más adecuadas de cara a este desafío, que van desde el aumentar el gasto público y de los presupuestos, hasta reevaluar los límites entre gasto público y privado, así como encontrar ganancias de eficiencia.

En las dos décadas anteriores a la pandemia del Covid-19, el gasto en salud en los países de la OCDE experimentó un aumento constante que llegó a representar casi el 9 por ciento del PIB de media en 2019. Según este organismo, si no se da un cambio significativo en las políticas, este porcentaje podría aumentar hasta 2,4 puntos adicionales para 2040, alcanzando un 11,2 por ciento, lo que supondría un crecimiento descontrolado, según este organismo. A pesar de las expectativas de un crecimiento económico más lento, la OCDE anticipa que el gasto en salud superará el crecimiento general de la economía y los ingresos gubernamentales.

Junto a este aspecto, la pandemia destacó la importancia de realizar “un gasto inteligente” en los sistemas de salud para fortalecer la resiliencia y la capacidad de respuesta a crisis futuras. Para ello, la OCDE resalta la necesidad de invertir en transformación digital, equipos médicos básicos y en la formación y retención de trabajadores de la salud. A pesar de estas necesidades evidentes, las presiones económicas actuales, incluida la inflación, plantean desafíos a la hora de garantizar la sostenibilidad fiscal de los sistemas de salud.


Cuatro políticas para sostener los sistemas de salud


Para enfrentar el desafío de la sostenibilidad fiscal de los sistemas de salud, los países de la OCDE han considerado, de forma general, cuatro opciones políticas amplias y no excluyentes. La primera se centra en aumentar el gasto público y asignar parte de estos fondos adicionales a la salud, lo que requiere un aumento de los ingresos del gobierno o una financiación adicional de la deuda.

La opción dos plantea aumentar la asignación para salud dentro de los presupuestos gubernamentales existentes para evitar que “compita” con nuevas prioridades como la crisis del coste de vida, la transformación verde o el aumento en gasto en defensa. En este sentido, la OCDE recoge que los países miembros deberían alcanzar, al menos, un total de un 15 por ciento como proporción del gasto gubernamental en salud, en línea con el porcentaje promedio de este organismo.

La tercera opción se centra en reevaluar los límites entre gasto público y privado. En este sentido, la OCDE plantea que la proporción del gasto de los gobiernos en el sistema sanitario debería contar con recursos públicos adicionales para evitar que un mayor gasto en atención sanitaria se traslade al sector privado. “Los recortes en los paquetes de beneficios o los aumentos en las tarifas a los usuarios pueden exacerbar las desigualdades en salud. Sin embargo, es necesario mantener un debate sobre las direcciones a largo plazo en la frontera público-privada, en términos de cuáles son las mejores opciones para presupuestos públicos limitados y si se podrían hacer cambios en las tarifas de los usuarios sin impedir el acceso”, tal y como recoge la OCDE.

Por último, la cuarta opción proyecta “encontrar ganancias de eficiencia”. Para ello, los países deben “hacer más hincapié en aumentar la relación calidad-precio de los servicios de salud”. “Es imperativo lograr aumentos audaces de la eficiencia mediante la reducción del gasto ineficaz y despilfarrador, y al mismo tiempo aprovechar los beneficios de la tecnología y la transformación digital de los sistemas de salud, incluida la Inteligencia Artificial (IA)”, señala OCDE.

Para ello, recomiendan llevar a cabo acciones para fomentar poblaciones más saludables y políticas para eliminar hasta la mitad del gasto “ineficaz y despilfarrador” que podría permitir ahorrar hasta 1,2 puntos porcentuales del PIB. Esto situaría el futuro gasto sanitario total en una trayectoria ascendente “mucho más suave y sostenible”, que permitiría alcanzar el 10,6 por ciento del PIB en 2040, en comparación con el 11,8 por ciento en ausencia de cambios políticos importantes.


Buenas prácticas presupuestarias en salud


En este contexto, la implementación de buenas prácticas presupuestarias emerge como un elemento fundamental según la OCDE, ya que pueden permitir allanar el camino para cambios de políticas más ambiciosas a medio y largo plazo. Para ello, este organismo considera esencial establecer “reglas claras” y mecanismos de seguimiento a lo largo del ciclo presupuestario anual.

Además, la elaboración de presupuestos en materia sanitaria a medio plazo se presenta como una estrategia proactiva que permite a los sistemas de salud planificar en función de los recursos financieros disponibles. Acorde con lo que recoge la OCDE, esta aproximación busca preservar la flexibilidad gubernamental con el fin de ajustarse a las finanzas públicas y al clima macroeconómico.

Por último, la OCDE señala que la presupuestación por programas promueve presupuestos más orientados al desempeño y que mejora la alineación entre los objetivos del sector de la salud y los recursos financieros. “Al cambiar el enfoque hacia los resultados, también ofrece más flexibilidad a las autoridades sanitarias en el uso de los recursos públicos, al tiempo que mejora la transparencia y la rendición de cuentas de los resultados”, señala la organización.
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