Uno de los modelos diseñado por Nike.
El anuncio de
Nike de comercializar unas zapatillas específicas para médicos y enfermeros ha supuesto un auténtico ‘boom’ entre el personal sanitario. Y es que tal y como adelantó
Redacción Médica, las
Nike Air Zoom Pulse desembarcarán en España el próximo 7 de diciembre y tendrán un coste de unos 108 euros. ¿Pero son realmente recomendables?
Este diario se ha puesto en contacto con la
Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (Aeemt) para saber si estas zapatillas cumplen con los estándares mínimos para proteger el pie del profesional sanitario, y,
a priori, hay más dudas que certezas al respecto.
Carmen Bellido, médico del trabajo del
Hospital General Universitario de Castellón y Responsable del Grupo de Trabajo de la Aeemt de Instituciones Sanitarias explica a este diario que “sin conocer las características técnicas de las zapatillas de
Nike no podemos dar una opinión al respecto. Pero lo que sí tenemos claro es que ese calzado debe de estar homologado para el hospital y cumplir con la normativa UNE”.
Según la compañía deportiva, “
las Nike Zoom Pulse están diseñadas para quienes trabajan de pie todo el día. Con una unidad
Zoom AIR en el talón y espuma elástica de longitud completa en la entresuela, ayudan a mantenerte cómodo sin importar cuánto dure tu turno”.
"Es difícil recomendar un único calzado para todo el colectivo de profesionales sanitarios"
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Una descripción que puede convencer a muchos sanitarios, dado que según Bellido el calzado que se use “resulta fundamental para prevenir y evitar lesiones, por lo cual debería ser el más apropiado según el puesto de trabajo que se ocupe.
Es difícil recomendar un único calzado para todo el colectivo de profesionales de instituciones sanitarias.”.
“Son muchos los sanitarios que sufren problemas podológicos, inestabilidad y malas posturas por el uso de calzado laboral inadecuado.
Es por ello que en función del puesto de trabajo que se ocupe, el calzado necesitará unas características específicas. Sirva de ejemplo, que no es lo mismo trabajar en un planta de hospitalización (donde principalmente hablamos de bipedestación estática dinámica) que hablar de trabajo en quirófano (donde se trataría de bipedestación estática)”, subraya la experta en
Medicina del Trabajo.
¿Es el zueco la mejor opción?
Pese al pensamiento generalizado entre médicos y enfermeros, la elección del
zueco como el mejor zapato para el día a día del profesional sanitario es una decisión desacertada. Según Carmen Bellido, “históricamente ha sido frecuente en el ámbito sanitario el uso del zueco, llegando a formar parte incluso del uniforme. Sin embargo,
el diseño de este calzado no responde de forma generalizada a las necesidades reales del personal que trabaja en hospitales”.
“El zueco supone una gran inestabilidad y desequilibrio del tobillo, que
ocasiona torsiones recidivantes, caídas y resbalones (numerosos accidentes de trabajo) porque no poseen contrafuerte ya que el talón no está fijo. Además la mala sujeción trasera produce la sensación de pérdida del zapato, provocando dorsiflexión constante de los dedos y problemas de dedos en garra por su uso prolongado”, enumera.
Por lo tanto, ¿cómo debe de ser el calzado ideal?
La especialista no duda y señala que el mejor calzado para el profesional sanitario ergonómicamente hablando debería de tener las siguientes características:
“Cerrado, estable y antideslizante, con gran coeficiente en seco y en mojado, con resaltes en la suela para facilitar la evacuación de líquidos, flexible, con cierre ajustable, ligero, debe pesar entre 200-300 gramos, transpirable, de puntera ancha, con contrafuerte, que amortigüe absorbiendo la energía de impacto con el tacón que debe ser ancho y no superior a 3 centímetros. Todo esto dará además la posibilidad de utilizar tratamientos personalizados como soportes plantares a los individuos que lo precisen”.
El diseño del zueco "no responde a las necesidades reales del personal que trabaja en los hospitales"
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Además, prosigue, “si la evaluación de riesgos pone de manifiesto la existencia de un riesgo para la salud por exposición a agentes biológicos o agentes químicos, se tienen que tener en cuenta otra serie de normativas como el
RD 664/97 o el RD 374/01”.
“Por ejemplo, este calzado debe presentar cierta permeabilidad a los agentes citados, así como resistencia a la penetración ante posibles pinchazos derivados de la caída de material cortopunzante como las agujas o los bisturís o derrames de productos químicos peligrosos como el formaldehido entre otros”, afirma.
Por tanto, el calzado ideal para el médico y el enfermero, más allá de las pretensiones de Nike con sus zapatillas de diseño,
“debe adecuarse a las necesidades del entorno de trabajo y a las exigencias del trabajador”.
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