En base a la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, se obliga a las administraciones de administrar a médicos y enfermeros la vestimenta adecuada.
Las demandas de las plantillas sanitarias fructificaron y la
Inspección de Trabajo de Valencia ha requerido a la Conselleria de Sanidad que entregue, de forma inmediata,
ropa de abrigo a los profesionales de Emergencias. No se trata de una victoria menor, subrayan los sindicatos consultados por
Redacción Médica, que apuntan a los riesgos que conlleva para los trabajadores el uso de prendas no homologadas, así como a los inconvenientes que ocasionan su limpieza y mantenimiento. Lo cierto es que el del equipamiento se ha constituido como una importante reivindicación laboral del sector sanitario en España, donde en el pasado reciente se pueden encontrar otros ejemplos que constatan, en base a la
Ley de Prevención de Riesgos Laborales, la obligatoriedad de las administraciones de administrar a médicos y enfermeros la vestimenta adecuada.
Tras el dictamen de la Inspección de Trabajo valenciana, motivado por una denuncia previa del Sindicato de Enfermería (Satse), las plantillas de Salud han concedido a la consejería algunas
“jornadas de cortesía” para que puedan
facilitar a las unidades de SAMU y Puntos de Atención Continuada (PAC) ropa térmica.
“Calculamos que la distribución se puede alargar una o dos semanas”, explica desde esta central
Francisco Martínez, quien incide en que los profesionales han de enfrentarse en ocasiones a temperaturas bajo cero o fuertes lluvias con ropa de calle, incluidas las botas y el abrigo. “
No vamos identificados. Y además son prendas personales que se ponen encima de los pijamas, que se pueden manchar de sangre o vómito, por ejemplo, y que hay que limpiar”, detalla.
El mismo Martínez destaca en que estas reivindicaciones se han producido de forma “generalizada” en muchos puntos de España. Uno de ellos es
Galicia, donde en 2019 concluyó la huelga de los trabajadores de Urgencias de los PAC para que se les dotara de chaquetones, pantalones reforzados y calzado.
Javier González, responsable autonómico del área de sanidad de CCOO, confirma que también allí tuvieron efecto las movilizaciones de los sindicatos: “Salvo alguna incidencia, es cierto es que no ha vuelto a haber problemas, más allá de algún caso en el que la
talla no era la adecuada o que venga un residente y no queden para él”, apunta.
Consultados por este periódico, profesionales de otros territorios como
Asturias y Euskadi aseguran que también sus respectivos Servicios de Salud dieron en el pasado pasos para cumplir con la obligatoriedad de facilitar a los profesionales sanitarios uniformes y ropa de abrigo adecuados. Cuentan, entre otros elementos, con
ropa de abrigo y de lluvia y botas de seguridad. Por su parte, las plantillas sanitarias de Emergencias en Cataluña están equipados con
polares, parkas y pantalones blancos forrados, según detalla la portavoz de Sanidad de CCOO, Maria Àngels Rodríguez.
Desde EPIS hasta gafas graduadas para el personal sanitario
Pero no solo la ropa de abrigo ha sido motivo de tensiones entre las plantillas y las administraciones. En 2017 se sucedieron las protestas en zonas como
León y Ávila, donde los trabajadores sanitarios exigieron
EPIS adecuados y ropa de trabajo para Emergencias. “Y se solucionó”, desde Satse Castilla y León.
De hecho, hasta las
gafas graduadas o lentillas son asumibles por las administraciones y compañías sanitarias, según dictaminó recientemente el
Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Así lo indica la Directiva 90/270, que establece que se deben proporcionar herramientas necesarias para “corregir la visión que tiene que guardar relación con el trabajo”.
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