Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
El
Sistema Nacional de Salud (SNS) está a salvo de nuevos recortes reclamados por
Bruselas… o eso parece. Todo apunta que, en la reunión que se celebrará en el
colegio de comisarios este miércoles, los 28 miembros de la
Comisión Europea librarán a
España del temido ajuste fiscal de 10.000 millones que ya había reclamado el órgano… al menos en 2016.
Y es que, según cuenta el diario
El País, la Comisión, debido a la falta de un gobierno estable y con plenos poderes en España, considera el presente año perdido y quiere que el grueso del ajuste fiscal se haga a lo largo de
2017 y 2018. Con todo, será un tijeretazo duro para las cuentas públicas: Bruselas quiere un ajuste estructural del 0,5 por ciento del producto interior bruto (PIB) el año próximo, y un 0,5 por ciento adicional en 2018. Asimismo, quiere que para ello se tomen
medidas permanentes,
más allá de la subida del impuesto de sociedades ya anunciada.
Asimismo, también se pospone la decisión de la Comisión sobre los
fondos estructurales hasta después de un debate con el Parlamento Europeo que no llegará hasta finales de verano. La idea es congelar entre 1.100 y 1.300 millones, pero si España y Portugal presentan un
presupuesto creíble para 2017 esa medida no tendría ningún efecto, lo cual permitiría que mantener la proporción correspondiente al gasto sanitario de estos fondos.
Asimismo, se confirma que habrá
multa para España por rebasar el
techo de déficit, aunque también que será bastante inferior de lo previsto.
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