Fedea vincula el nivel de gasto con la calidad del servicio durante los años de consolidación de la crisis

España se queda a un 16% de Europa en gasto sanitario al final de la crisis
Gráfica de la evolución del gasto en sanidad en la fase de consolidación.


26 sept. 2016 11:40H
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La necesidad de ajustes económicos para hacer frente a la crisis de los últimos años ha dejado un desolador panorama para la sanidad española, que pasó de ser la partida que más aumentaba en la fase expansiva (2007-2009) a verse drásticamente recortada en la fase de consolidación de la crisis (2009-2014), según un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) sobre la Evolución del Gasto Público por Funciones

El informe recuerda que al comienzo de la llamada 'desaceleración' (2007), España era el segundo país de la UE de los 15 que menos gastaba en sanidad con un 5,7 por ciento del PIB. En 2014 las cifras siguen similares, alcanzando un gasto de 6,1 puntos del PIB por detrás de países como Grecia o Luxemburgo. 

Distribuido por fases de la crisis, durante el periodo expansivo (2007-2009) España se convirtió en el país que más aumentó su gasto en sanidad en términos reales, con una subida del 16 por ciento, un 1,1 en puntos del PIB. Sin embargo, durante la consolidación (2009-2014) España es, junto con Grecia y Portugal, uno de los países que más recorta su gasto sanitario (un 13,8 por ciento menos). 

Esto supone que, mientras que la media de los países de la UE aumentaban su gasto en sanidad un 2,2 por ciento, España lo reducía casi un 14 por ciento, mientras crecía considerablemente el gasto en pensiones y en intereses de la deuda.

Menos gastos, menos calidad

El informe señala que aunque no siempre hay una relación estrecha, en el caso de la sanidad parece que "hay una clara correlación entre el nivel de gasto y resultados o calidad del servicio", según el índice Health Consumer Powerhouse (HCP). 

Las conclusiones apuntan a que en los años de crisis analizados, el gasto español en sanidad es inferior a la media de los 28, y que durante la fase de consolidación España ha recortado gastos del Estado de Bienestar -no solo en sanidad- para cumplir con los objetivos marcados por Bruselas. Y concluye que los gastos en pensiones y sanidad seguirán creciendo fundamentalmente por el imparable envejecimiento de la población, por lo que habrá que buscar nuevas fórmulas de financiación. 
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