Compromiso de gasto adicional por Covid-19 per cápita
El impacto provocado por la
expansión del Covid-19 no es el único elemento diferenciador entre los países de la
Unión Europea. También lo es el gasto realizado para poner freno a la pandemia. En este sentido, España ha sido
uno de los territorios más comprometidos a nivel económico, tal y como pone de manifiesto la memoria 2020 del
Consejo Económico y Social (CES).
En el apartado dedicado a la
calidad de vida y la cohesión social, el organismo destaca el mayor
volumen de recursos destinado por parte de las administraciones españolas a medidas sanitarias,
"muy superior" a la media europea, especialmente durante las
primeras fases de la pandemia.
A finales de 2020, el gasto destinado a la pandemia alcanzaba los 13.149 millones de euros, de los cuales 8.284 millones corresponden a
gasto socio-sanitario derivado del Covid-19, según datos recabados por el Ministerio de Hacienda.
El
gasto por habitante en España hasta el mes de septiembre habría ascendido a
220 euros, un
54 por ciento más que el que registraron las administraciones de los 21 Estados Miembro de los que se conocen proyectos presupuestarios y solo por debajo de Irlandia, Alemania y Reino Unido.
Datos que contrastan con los registrados en 2018, cuando el gasto en salud en España, el 6,2 por ciento del PIB, era inferior al de Europa, (7,9 por ciento) en 1,7 puntos.
Aumento del gasto en farmacia y productos sanitarios
Otro de los aspectos a destacar es el incremento del gasto público en farmacia, por la menor contención de los precios y por el aumento del número de recetas, alcanzando la mayor cifra registrada debido a la pandemia.
De hecho, el inicio del estado de alarma y el confinamiento propició uno "de los incrementos más importantes de facturación en la serie (casi del 13 por ciento) y del gasto en recetas (14 por ciento). Como resultado, el año se saldó con un aumento del gasto del 2,6 por ciento en comparración con 2019, alcanzando los 11.077 millones de euros.
Al igual que el gasto en farmacia, la pandemia también ha obligado a i
ncrementar el presupuesto destinado a productos sanitarios un 4,6 por ciento respecto a 2019, hasta alcanzar los 7.100 millones de euros a finales de noviembre. De ellos, los
productos sin receta asociados al Covid-19 supusieron el 37 por ciento del gasto, alrededor de 2.300 millones de euros, con importantes diferencias territoriales. Así, en
Andalucía, Madrid y Cataluña registraron los consumos más abultados, mientras que Cantabria, La Rioja y Navarra se situaron en el extremo opuesto.
Infradiagnóstico de los casos y exceso de mortalidad
No obstante, el material obtenido no fue suficiente. De hecho, la
escasez de pruebas que identificaran con precisión los contagios en las primeras fases de la epidemia tuvo como consecuencia un
infradiagnóstico de Covid-19. Tampoco se ha conseguido registrar el exceso de mortalidad en su totalidad, señala el documento, a lo que añade la
desatención de algunos cuadros urgentes con el consiguiente agravamiento y desenlace fatal, devido al retraso en la atención a otras patologías no Covid y la saturación del SNS.
"Durante la primera ola el indicador del exceso de mortalidad recogió valores muy superiores al registro específico de Covid, mientras que a medida que avanzaban los meses y había más disponibilidad de medios diagnósticos, la distancia entre los dos indicadores respondía más a la suma de otras causas derivadas de la pandemia y en menor medida al infradiagnóstico".
En este sentido, el organismo pone sus esperanzas en el refuerzo del SNS que plantra el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, como la
inversión en equipos de alta tecnología y el aumento de las capacidades de respuesta ante crisis sanitarias. Pone el foco sobre todo en los servicios de
Atención Primaria, cuyo descenso de financiación ha implicado un "distanciamiento del objetivo marcado por los sucesivos planes y estrategias" a pesar de la creciente importancia de este nivel asistencial, ahora y en el futuro con el envejecimiento de la población.
Desde el CES critican por tanto el descenso del número de centros de Atención Primaria, especialmente en los territorios más envejecidos como Castilla-La Mancha y Castilla y León y aún a pesar de haber recibido este nivel asistencial gran parte de la carga en los momentos más agudos de la crisis.
Falta de coordinación y políticas comunes
A pesar de que el ritmo de propagación del virus en la UE no ha sido simultáneo, el documento pone de manifiesto la necesidad de avanzar hacia una "Unión Europea de la salud" que permita "responder con mayor eficacia a las crisis sanitarias transfronterizas", al tener cada Estado la mayor parte de las competencias en política sanitaria.
En el caso concreto de España, donde reconoce que hubo una infravaloración del alcance de la epidemia hasta el verano de 2020, la descentralización de la competencia sanitaria y la falta de instrumentos de coordinación lo suficientemente eficaces "han puesto en evidencia la necesidad de avanzar en ese objetivo", apuntan desde el CES.
De hecho considera que el amplio abanico de situaciones y medidas en el territorio nacional, "con restricciones estrictas en unas comunidades autónomas y medidas más laxas en otras", ha impedido la "correcta comprensión por parte de los ciudadanos, generando a veces confusión".
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