Mathias Cormann, secretario general de la OCDE.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (
OCDE) concede el aprobado al Sistema Nacional de Salud (
SNS) español por su capacidad de “resiliencia” tras la
pandemia de Covid-19. En un manual recientemente publicado por el organismo en el que se analiza la adaptación de los sistemas de diversos países a las nuevas circunstancias sanitarias derivada de la crisis de 2020, se indica que, en los meses inmediatamente posteriores al inicio de la pandemia, España consiguió resultados más positivos que la media de la Unión Europea (
UE) y la propia OCDE en varios aspectos, entre ellos, el
descenso de mortalidad por infarto tras ingreso hospitalario y la
ratio de médicos.
La OCDE justifica la elaboración de este estudio, titulado
Fortalecimiento de los sistemas de salud: Un manual práctico para pruebas de resiliencia, en el hecho de que la pandemia “puso de relieve la necesidad crítica de que los
sistemas de salud sean resilientes ante perturbaciones importantes”. El organismo no se refiere sólo a posibles nuevas pandemias, sino también a amenazas como colapsos financieros, el cambio climático, los conflictos geopolíticos y el acceso a datos fruto de la digitalización.
“Los responsables de las políticas en el sector de la salud carecen de herramientas para probar cómo sus sistemas afrontarían un estrés extremo”, reza la introducción del documento. La OCDE propone varios modelos para paliar ese vacío en cuatro escenarios ficticios -una pandemia, una situación de
resistencia antimicrobiana, una crisis climática y una crisis económica-, antes de lo cual radiografía el panorama actual de los sistemas sanitarios internacionales una vez dejado atrás el último gran caso de “estrés extremo”: la pandemia de Covid-19.
En lo referente a España, uno de los aspectos positivos que se destacan es que es de los países con la
ratio de mortalidad por cada 100 pacientes mayores de 45 años que fallecen por un
infarto agudo de miocardio a los treinta días de ingresar en un hospital.
De los
10 decesos por cada 100 habitantes registrados en 2011, el SNS español pasó a 7 en 2019, año inmediatamente anterior a la pandemia, pero es que ese mismo dato se mantuvo en 2021, por debajo de la ratio media de 9 de los países de la OCDE.
En lo referente a
médicos en ejercicio por cada 1.000 habitantes, en el estudio se sitúa a España entre los países con mayor tasa tras el aumento de más de medio punto experimentado entre 2010 y 2020 hasta alcanzar los 4,6 facultativos por cada millar de ciudadanos. La cifra, eso sí, está lejos de los 6,2 de
Grecia, los 5,5 de
Portugal, los 5,4 de
Austria y los 5,1 de
Noruega, aunque se halla por encima de la media de 4 de la UE.
Los usuarios también aprueban la atención del SNS
Estos datos positivos se tradujeron en
buenas valoraciones de los usuarios de la sanidad. El SNS pasó de ser el tercer mejor valorado de la UE entre abril y mayo de 2020, por encima del 7 en una escala de 10, sólo superado por
Irlanda y Portugal, con un 8, e igualado con
Lituania, a descender al último puesto, con un 4, en sólo dos meses, entre junio y julio. Sin embargo, más de medio año después, entre febrero y marzo de 2021, su valoración volvió a situarse por encima del 7, sólo superada por
Dinamarca, con un 8, y
Finlandia, cerca del 8.
En la primavera de 2022, España también figuraba entre los Estados miembro cuyos ciudadanos reportaron menos
necesidades de atención médica insatisfechas: sólo un 15 por ciento de la población, cuando la media de la UE se situaba alrededor del 17 por ciento, y 10 puntos por debajo del 25 por ciento del año anterior.
Además, también en 2021, el 72,8 por ciento de la población adulta española calificaba su salud como buena o muy buena, un dato que situaba al país en el ecuador de una lista de 20 estados de la OCDE con cifras al respecto. El porcentaje español era superar al 69,9 por ciento de la media, aunque se quedaba lejos del 88,3 por ciento de
Canadá, el 88 por ciento de
Nueva Zelanda y el 86,4 por ciento de
Estados Unidos.
Suiza aparece en la gráfica en cuarto lugar como el país europeo con el mayor porcentaje de población adulta que califica su salud como buena, un 83,7 por ciento.
España cojea en atención a la salud mental
En cualquier caso, el SNS español sí que cojea en algunos aspectos, según la guía de la OCDE, entre los cuales destaca la
atención a la salud mental. Por un lado, el 70 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 29 años con dificultades económicas se consideraban en riesgo de sufrir
depresión entre 2020 y 2021, un guarismo que descendía al 50 por ciento entre quienes no tenían problemas de dinero. Las cifras eran prácticamente idénticas a las de la media de la UE.
En cuanto a la estimación nacional de
prevalencia de la depresión o síntomas de depresión entre 2019 y 2022, en España se pasó de en torno al 5 por ciento de su población al 20 por ciento en sólo un año. En el documento no figuran datos españoles de los años posteriores.
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