El Centro Antitóxico Nacional, organismo que contribuye a la prevención de las intoxicaciones, asegura que las las
En concreto, los datos de la estación Aemet de Izaña, El Pilar-Sta Cruz de La Palma y Copernicus reflejan
niveles bajos de dióxido de azufre, uno de los elementos tóxicos emitidos, en las capas inferiores lo cual "indica que no hay riesgo sanitario". Sin embargo, sí se habrían detectado "picos de mayor concentración a una altura de 2.500 metros o superior", según informa el Ejecutivo en un comunicado.
Aún así, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF), a través de su Servicio de Información Toxicológica (SIT) ha emitido una serie de r
ecomendaciones y medidas para protegerse de la exposición a las cenizas y gases tóxicos emanados, que se suman a las recomendaciones de las autoridades locales, autonómicas y estatales.
Recomendaciones de autoprotección
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Además de seguir las indicaciones de seguridad y distanciamiento establecidas por el dispositivo de las autoridades responsables, hay que tener siempre en cuenta que
la forma más efectiva de reducir la exposición es alejarse del foco de emisión volcánica. En caso de tener que permanecer en interiores en ambientes de ceniza o de lluvia ácida, el organismo aconseja
cerrar puertas y ventanas y apagar los aparatos de aire acondicionado, ventilación o de calefacción.
A las personas expuestas, como los equipos de intervención en la catástrofe o afectados que deban de acceder al lugar para recoger pertenencias, les recomienda proteger sus vías respiratorias
utilizando mascarilla, a ser posible de tipo
FFP2 o N-95. También es aconsejable utilizar prendas de vestir que cubran cabeza, brazos y piernas. y guantes para proteger las manos en ambientes de ceniza. En vez de utilizar lentes de contacto, es preferible elegir gafas correctoras o protectoras para evitar la irritación en los ojos.
En cualquier caso, el organismo pone a disposición de la población un
teléfono de asistencia de 24 horas del Servicio de Información Toxicológica del INTCF ( 915620420 ) al que acudir en caso de síntomas respiratorios, dérmicos u oculares.
Elementos tóxicos
En las erupciones volcánicas activas es habitual la emisión de partículas de ceniza y diversos gases tóxicos a la atmósfera, así como metales. Entre los elementos tóxicos emitidos se encuentran, principalmente, el dióxido de azufre, dióxido de carbono, ácido clorhídrico, mercurio, bromo o arsénico, entre otros.
En el caso del dióxido de azufre (SO2), en concentraciones por encima de 10 ppm (partes por millón), puede generar ciertos efectos tóxicos provocando
irritación de la mucosa ocular, nasal, faríngea y laríngea, así como tos, espasmo y broncoconstricción del tracto respiratorio. Si se alcanzan exposiciones agudas de 150 ppm, ya se consideran amenazantes para la vida. En contacto con el agua, el SO2 se convierte preferentemente en ácido sulfuroso (componente de la lluvia ácida) que también se desprende a la atmósfera.