Ministerio de Sanidad.
El
Covid-19 ha frenado las
agresiones a los profesionales sanitarios, si bien es cierto que en los últimos meses se ha reducido la presencialidad en muchos procesos asistenciales por motivos de seguridad y el temor al contagio en los primeros compases de la pandemia provocó que muchas personas se lo pensasen dos veces antes de acudir a un centro sanitario. Con todo, los últimos datos del
Ministerio de Sanidad revelan que
la violencia en sanidad se ha reducido un 15 por ciento en 2020 (año de inicio del coronavirus) respecto al 2019 (el último antes de la llegada de la enfermedad), pasando de 9.919 a las 8.396, entre físicas y no físicas, del año pasado.
Los datos elaborados por el departamento de
Carolina Darias en el ‘
Informe de agresiones a profesionales del sistema nacional de salud 2019-2020’, refleja que
durante 2017, 2018 y 2019 se observa un ligero incremento en el número total de notificaciones de agresiones y, aunque las agresiones no físicas aumentan cada año, las físicas parecen mantenerse e incluso llegan a disminuir en 2019 respecto a los dos años anteriores. Así,
en 2020 las notificaciones de las agresiones físicas junto con las no físicas, disminuyen respecto a los años anteriores.
Tres de cada cuatro agresiones son a mujeres
Tanto en 2019 como en 2020, en tres de cada cuatro notificaciones la persona agredida fue mujer (77 por ciento de las agresiones, frente al 23 por ciento de los hombres). Sin embargo, analizando las tasas, las cifras son semejantes, pues la tasa de notificaciones de agresiones en 2019 en mujeres se sitúa en 15,66 y en hombres en 15,52 por 1000 profesionales del SNS. Mientras que, en 2020, la tasa de notificaciones en mujeres es de 11,78 y en hombres de 10,89 por 1000 profesionales del SNS.
Por lo general, en 2019 y 2020, la mayoría de las notificaciones sitúan a los agredidos en el rango de edad desde los 35 a los 55 años, por lo que si se realiza una comparación con los datos de los años anteriores (2017 y 2018), se comprueba que la proporción se mantiene similar.
Cabe destacar que, igual que se constataba en el informe de notificaciones de agresiones de los años 2017 y 2018, la tasa de notificaciones ocurridas en Atención Primaria supera a la tasa notificada en Atención Hospitalaria tanto en 2019 como en 2020, llegando a ser cuatro veces superior en el caso del primer ámbito asistencial. La tasa de notificaciones de agresiones por nivel asistencial por 1000 profesionales del SNS en Primaria es 31,36, mientras que en los hospitales este índice se reduce hasta los 8,43.
Existe una agresión física por cada 5,60 agresiones de tipo no físico en 2020
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Las agresiones notificadas por parte de los profesionales del SNS se corresponden en su mayoría con agresiones de tipo no físico, entre las cuales se encuentran los insultos y las amenazas. Sin embargo y pese a que las agresiones físicas suponen un menor porcentaje, es un dato que no se debe dejar de considerar, ya que, traducido en términos absolutos, se corresponde con 1.231 actos violentos de tipo físico a lo largo de 2019 y 1.273 en 2020. Con los datos reportados por las diferentes comunidades autónomas al Ministerio de Sanidad “se puede estimar que existe una agresión física por cada 5,42 agresiones de tipo no físico en 2019”. En el año 2020 se estima que se produce una agresión. de tipo físico por cada 5,60 agresiones de tipo no físico.
En el periodo de 2017-2020, el personal facultativo es la categoría profesional que presenta una tasa más elevada de notificaciones de agresiones, seguida del personal administrativo, personal de enfermería, TCAE y celadores. Observando la comparativa de los años de los que se tiene registro, cabe mencionar que en 2019 se ha producido un incremento de las notificaciones de agresiones sufridas por el personal administrativo, superando en 1,4 veces las notificaciones del personal de enfermería y los TCAEs. Por otro lado, durante el 2020 se han reducido las tasas de notificaciones en todas las categorías respecto a los tres años anteriores. No obstante, la tasa del personal administrativo es la excepción, que, pese a no superar la tasa alcanzada en 2019, si supera la registrada en 2017 y 2018, según dicta el informe.
La consulta, el espacio en donde más se agrede
Al igual que las cifras recogidas en los años anteriores, las agresiones ocurren mayoritariamente en las consultas (36 por ciento), seguidas de hospitalización (20 por ciento), los puntos de admisión e información (21 por ciento), urgencias (11 por ciento), las unidades de psiquiatría y salud mental (9 por ciento). En un 4 por ciento de las ocasiones, las agresiones tienen lugar en el domicilio del paciente o en la vía pública, dato a destacar, “puesto que a pesar de que no suponga un porcentaje muy elevado, no deja de ser una fuente de conflicto importante y a tener en cuenta, a la hora de establecer medidas preventivas o correctivas en los ámbitos de las visitas domiciliarias o los trayectos ‘in itinere’ del propio profesional”, tal y como reza el documento.
El perfil de la persona agresora en 2019 en un 68 por ciento de las veces es el propio usuario o paciente, un 57 por ciento son hombres y un 14 por ciento de las veces, son reincidentes. A lo largo de 2020, la proporción no difiere de forma reseñable respecto al año anterior, ya que en un 69 por ciento de las veces el perfil de la persona agresora se corresponde con el propio usuario o paciente, un 58 por ciento son hombres y del total un 16 por ciento son reincidentes.
La causa más frecuente de agresión corresponde con la atención percibida por el usuario
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La causa más frecuente de agresión hacia el personal que se encuentra trabajando en el ámbito del SNS en 2019 se corresponde con la atención percibida por el usuario, seguida de las demandas del usuario y del propio acto sanitario o administrativo realizado. En el caso del año 2020, “se puede observar un cambio en las causas más frecuentes de agresión, ocupando el primer lugar las agresiones causadas por la atención recibida por el usuario, seguido de las causas ajenas a la organización o asistencia presentada, la atención recibida por el usuario y por último, a las propias demandas del usuario”.
El perfil de la persona agresora en 2019 en un 68 por ciento de las veces es el propio usuario o paciente, un 57 por ciento son hombres y un 14 por ciento de las veces, son reincidentes. A lo largo de 2020, la proporción no difiere de forma reseñable respecto al año anterior, ya que en un 69 por ciento de las veces el perfil de la persona agresora se corresponde con el propio usuario o paciente, un 58 por ciento son hombres y del total un 16 por ciento son reincidentes.
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