Redacción. Madrid
El ictus afecta a entre 120.000 y 130.000 personas al año en España, y la fibrilación auricular, la arritmia cardiaca más frecuente, multiplica por cinco el riesgo de padecer ictus y por dos las probabilidades de fallecer. La toma de anticoagulantes es el tratamiento estándar para evitar un infarto cerebral, aunque existe un novedoso tratamiento alternativo para su prevención, el cierre de la orejuela, que eliminaría el uso de fármacos anticoagulantes de por vida.
Ignacio Cruz. |
Esta intervención ya se está realizando en varios centros de España, como en el Complejo Asistencial de Salamanca. Ignacio Cruz, del Servicio de Cardiología de este hospital, detalla que “hasta el 90 por ciento de los trombos en pacientes con fibrilación auricular de origen no valvular se originan en la orejuela izquierda”. El procedimiento consiste en la introducción, por vía femoral y a través de un catéter, del dispositivo Watchman, que cierra la entrada de la orejuela. “De esa forma, prevenimos que se formen trombos dentro de la orejuela o, si se originan, no pueden salir”, indica Cruz.
Esta técnica está indicada en pacientes con hemorragias digestivas o cerebrales, con mal control terapéutico o con incumplimiento terapéutico… En definitiva, el cierre de orejuela sería el tratamiento alternativo para “todo ese tipo de pacientes que no pueden tomar anticoagulantes o a quienes los anticoagulantes han dado problemas”, comenta el cardiólogo.
Cruz destaca que una de las principales ventajas de este novedoso tratamiento es que “el paciente se somete a una intervención puntual y, si todo va bien, no necesita nuevas intervenciones ni tomar la anticoagulación oral”.